La colibrí




La colibrí era tan pobre que no se podía casar, por eso día y noche lloraba su mala suerte.

El ruiseñor, su viejo amigo, le tuvo lástima y decidió ayudarla. Para eso llamó a los animales del bosque y les dijo:

-          Una pajarita se quiere casar, pero como es muy pobre, no lo puede hacer. No tiene collar, ni vestido, ni zapatos, ni peine, ni espejo. Nada, nada tiene la infeliz. Todos debemos darle algo.

Los animales dijeron que la ayudarían de mil amores.

La codorniz dijo: - Yo daré el collar.

El azulejo dijo: - Yo daré los zapatos.

La tortuga dijo: - Yo daré el peine.

La abeja dijo: - Yo daré la miel.

El pavo real dijo: - Yo daré la cola.

El cardenal dijo: - Yo daré el manto.

Y así, la colibrí se casó y cuando tuvo sus primeros hijitos el ruiseñor fue el padrino.




Leyenda yucateca (versión de Ermilo Abreu Gómez).

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