El problema del agente y del principal










En la vida diaria, las personas tienen muchas ocupaciones que realizar, ya sea trabajar, hacer las labores de la casa, ver una película, etc. No siempre se puede atender todas las actividades de manera efectiva y oportuna, por lo que muchas veces, sobre todo en el caso de los negocios, una persona (el principal), delega todas  o la mayoría de sus funciones a otra (el agente), para que esta actúe a nombre del principal. En otras palabras, el agente es aquella persona que realiza las funciones que el principal no puede o no quiere atender. 


Ejemplos de una relación entre agente y principal pueden ser los siguientes: Cuando un futbolista profesional (principal) desea contratarse con algún club, recurre a su representante (agente) para que este se encargue de la negociación, de esta forma el futbolista se dedica a entrenar sin preocuparse en otras cosas. Otro ejemplo es el del pequeño empresario (principal) que tiene que realizar su contabilidad para su negocio, y como no quiere o no desea hacerla él mismo, contrata a un contador (agente), para que este se encargue de la contabilidad. El presidente de la nación (principal) tiene que administrar varias áreas importantes para el buen funcionamiento del país, al no poder atender de manera eficiente todos los temas que requieren solución, delega algunas de sus responsabilidades a los secretarios de estado (agentes), de esta forma el presidente se encarga de analizar el desempeño general del país, mientras que los secretarios de estado se encargan de que su área designada en específico vaya por buen camino.

Las relaciones entre agente y principal son estudiadas en el marco de la teoría de la agencia, cuyo objetivo en este caso es mostrar cómo las empresas o individuos difícilmente se comportan de manera que maximicen su valor, rompiendo de esta manera con el supuesto de muchas teorías económicas que dicen lo contrario.

La divergencia entre los diferentes intereses de los agentes y de los principales da lugar a los denominados problemas de agencia. Así, por ejemplo en el caso de los secretarios de estado anteriormente mencionado, muchos de ellos se podrían ver tentados por realizar acciones que los hagan enriquecerse a costa del erario público y buscar un mejor puesto político, que por ejecutar planes que ayuden a mejorar la calidad de vida de la población. Esto implicará la necesidad de diseñar un sistema adecuado de incentivos, restricciones y penalizaciones con objeto de asegurarse de que los agentes actúan en sintonía con los intereses de los principales. Claro que dicho sistema implica unos costes que, evidentemente, se denominan costes de agencia, cuya consideración es de suma importancia en el proceso de toma de decisiones.

Los problemas de agencia surgen debido a la asimetría de la información, es decir, si el principal conociese exactamente todas las acciones del agente (o toda la información que éste posee), éste último no actuaría a favor suyo y en contra de los intereses de quien le paga. Por tanto, no habría problemas de agencia si fuese posible realizar un seguimiento de las acciones del agente a un coste razonable. Pero esto, obviamente, es imposible en muchas ocasiones debido a que el agente tiene acceso a una información que se encuentra fuera del alcance del principal y que le induce a actuar en un sentido que pasará inadvertido a éste último, provocando de esta manera que muchas veces actúe más para beneficiarse el mismo, que para contribuir a la mejora de la empresa o institución que le ha contratado.



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