AAA. 1993-04-30. Triplemanía I en la Plaza de Toros




Plaza de Toros, Delegación Benito Juárez, Distrito Federal.
30 de Abril de 1993.
Triplemanía I.

La función del siglo.
La Plaza de Toros México, la más confortable y moderna del mundo fue insuficiente para albergar al número doce, el cual registró una entrada impresionante. Sin duda, lo vivido en la Plaza México será digno de comentarse por muchos años. Desde la concepción del programa, hasta la lucha por el retiro, es menester analizar detenidamente el resultado. Si bien es cierto que es cuestionable, también considero que es injusto el desenlace, que avaló la Comisión de Box y Lucha Libre a través de su presidente, Licenciado Juan José Torres Landa.

Público irritado.
La preventa del boletaje se inició quince días antes de la macro función y los únicos beneficiarios fueron los revendedores, mismos que acapararon la mayor parte del porcentaje de las entradas. A cinco días de la función, la mayoría de los aficionados se preguntaban en dónde estaban los boletos. La indignación de la gente es y era legítima. ¿Cómo es posible que un boleto de cinco nuevos pesos fuera ofrecido a la vuelta de la taquilla en cuarenta nuevos pesos? No es justo que se abuse de esa manera del público, que es el que sostiene el espectáculo. Con la función iniciada y sin llenarse el coso más importante del mundo, la gente lloraba por conseguir una entrada, la misma que era más escasa que las sirvientas en primavera. Finalmente, se quedaron afuera del inmueble muchos aficionados.

Alfredo Adame – Ruddy Reina.
Cuando hicieron su aparición los exóticos comandados por el veteranazo Ruddy Reina, l mayoría empezó la auténtica fiesta, seguido de May Flowers y Babe Sharon. Y no vea la que armaron. El primero en aparecer fue Babe Sharon y cerró el desfile luciendo una falda de olanes, creación de Courreges, modisto francés. En cuanto empezó a bailar la gente se le entregó a Ruddy Reina.

En su recorrido, ni tardo ni perezoso se dirigió a donde estaba sentado Alfredo Adame, acompañado de su señora esposa, la cual ni se inmutó que su esposo recibiera la visita de cortesía, acompañado de su respectivo beso.

Rayo Láser.
Por primera vez en la capital de la República fue usado este recurso tecnológico y la verdad, cumplió con su objetivo.

Los rayos en forma de raya verde causaron furor. Brillaban con intensidad en su tono verde y cruzaba de lado a lado la plaza. Este alarde sirvió para darle mayor espectacularidad a la función…

La ola.
Movimiento que nació hace algunos años en un encuentro de balompié y pronto cundió en nuestro México: cuando el reflector pasaba iluminando la gente se paraba. Espectáculo único, el cual sirvió para tranquilizar a los estoicos aficionados y que soportaron una maratónica función y más de luchamanía. La ola fue un excelente aliado, y se volvió a comprobar que es el auténtico remedio para combatir el aburrimiento.

Bellísimas damas.
Por muchos años la gente que acudía a presenciar una función era satanizada con la cantaleta de que era un deporte de clase baja y corriente. Un auténtico hallazgo se da en la estelar Triple A, a la que siempre acuden damas en verdad bellas. Con decirles que algo que llama la atención con las bellas de guante negro.

Huracán Ramírez.
El estimado Daniel García jamás se imaginó que iba a ser testigo de el lleno que se registró en la pasada Triplemanía. Los pioneros de este deporte – espectáculo deben de sentirse orgullosos de haber fincado una especialidad deportiva que alcanzó el clímax. Será muy difícil volver a presenciar un lleno como el pasado. Fue de antología…

¡Santo…! ¡Santo…! ¡Santo…!
En la galaxia donde se encuentra el querido Profe Santo, aún se comenta el coro multitudinario: “¡Santo…! ¡Santo…! ¡Santo…!”. Su vástago dio un luchón, sublimándose, mostrándose y creciendo como lo hizo. De algo estoy seguro: que nunca de los nuncas se volverá a escuchar esta exclamación, la cual hizo que vibráramos todos.

La Parka.
Este rudo sin igual fracasó en su intentó por alzarse con la victoria, ante “El Geniecillo Azul” Lizmark. Fue una contienda en donde en una caída, reinó la confusión. Con decirles que la mayoría de los ahí reunidos, por momentos se sintieron en el Polo Norte, - por aquello del frío - . Fue una contienda de más bajas que altas.

Juan José Torres Landa ordenó que tras la victoria del rudo sensación La Parka, se ampliara la lucha, para así conocer al auténtico ganador, lo cual correspondió al de Acapulco, Guerrero… Y como dijo el Monje Loco, “nadie sabe, nadie supo…”.

El pánico escénico.
A muchos de los que formaron el súper cartel, les afectó. No mostraron el mismo rendimiento, que en sus salidas anteriores, en las cuales hicieron lo que quisieron en el Gimnasio Juan de la Barrera. Así que, noveles como El Salsero, Winners, Súper Caló y muchos más, fueron presa de esto que se siente y no se ve.

Por su parte, El Perro más grande del mundo, se encontró en su elemento, ya que entre más gente mejor, pues ya está acostumbrado a super luchar en magnos escenarios, como el estadio de los Vaqueros de Dallas. En Japón, en el Korakuen Hall. Así que hay que anotar que a elementos como Lola González, Don Carmelo, El Santo, Octagón, etc., no les impuso mayor presión este súper escenario.

El adiós de Konnan.
Fue triste para la mayoría de los que asistieron. Fue dramático ver cómo los pequeños lloraron desencantados por la derrota de su ídolo. Fue una contienda en donde se apreció que Konnan y Cien Caras se estaban dando con todo, a lo largo del esperado “tete a tete”. La gente se metió. Con decirles que a fuerza de ser sinceros cómo quiere la gente al rudo sin igual de Lagos de Moreno, Jalisco. Auténtica locura en una función larguísima, en donde el respetable no se movió de sus lugares. Qué forma de comportarse a la altura y de apoyar a los mexicanos…

Por lo que toca a “La Víbora” Jake Roberts, no vino a aportar absolutamente nada. Aquí, señores que organizan, hay mejores elementos. La actitud de este súper luchador de la WWF, deja en entredicho la autoridad de la Comisión de Box y Lucha Libre del Distrito Federal.

La figura real fue un espectador que agredió a los contendientes y, ante esto, Konnan, que fue el ofendido, perdió, ya que un espectador los distrajo ante la mirada de miles de espectadores. ¿Dónde está la autoridad? ¿Por qué se permite esta absurda incursión de un observador? Quiérase o no, será muy luchador “La Víbora” Roberts, pero él estaba ahí como invitado. Así que cualquier hijo de vecino puede entrar y echar a perder la luchamanía… Y como dice mi querido maestro Meraz, ni un intruso más…

Para ver la función que el Doctor Alfonso Morales comentó y de la cual emitió esta columna en la Revista “Súper Luchas”, este es el link respectivo en You Tube:




Fuente:
Publicado por el Dr. Alfonso Morales en su columna “Lucha Manía” en Súper Luchas Año 3 (Primera Etapa) No. 113, 6 de Mayo de 1993, p. 8 – 9.








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