La vida cotidiana durante la Colonia

Las ciudades de la Nueva España.
Las ciudades de la Nueva España fueron frecuentemente construidas sobre los restos de las anteriores edificaciones prehispánicas. Se delinearon siguiendo la tradición del trazo geométrico que los indígenas daban a sus ciudades.


A la caída de Tenochtitlán, algunos aspectos de la vida cotidiana de los aztecas siguieron transcurriendo de un modo parecido al de antes de la llegada de los españoles. Por ejemplo, los indígenas continuaron transportándose en canoas e incluso siguieron pescando y cazando patos en el gran lago. El centro de la ciudad continuaba siendo una gran plaza, alrededor de la cual también se construyeron los principales edificios públicos españoles: los templos y el palacio de gobierno.

Los españoles obligaron a los indígenas a construir casas al estilo español y muchos murieron por el gran esfuerzo que se les exigía. En la Plaza Mayor, donde anteriormente se encontraba el palacio de Moctezuma, se construyó la casa de gobierno de los españoles, y en el lugar donde antes se encontraba el templo del dios del viento, se edificó una iglesia católica.

En medio de la plaza se ubicó el mercado de El Parián. Éste tenía la forma de un castillo, con ocho puertas, cuatro calles y una placita en medio que se llamaba el “Baratillo grande”. Ahí se vendían mercaderías de América, Europa y hasta China.

Los juguetes de la Colonia.
Aunque los niños ricos de la época de la Colonia debían vestirse con estorbosos y pesados ropajes, se divertían igual que los demás niños con los juegos y juguetes que entonces existían.

Uno de los juegos más populares era el de Moros y Cristianos, que había surgido cuando los españoles luchaban por expulsar de su territorio en Europa a los invasores árabes. De acuerdo con este juego, los pequeños se disfrazaban de moros (árabes) y de cristianos (españoles), completando su atuendo con turbantes, lanzas, espadas y caballos hechos de cartón y madera.

Con estos atuendos se organizaban dos bandos que a la pregunta de ¿Moro o Cristiano? Se enfrentaban en una batalla que a veces terminaba entre gritos y raspones.

Al igual que las niñas de hoy, las pequeñas de la Colonia jugaban con muñecas, pero éstas eran de trapo y elaboradas a mano, una por una; esto las hacía muy especiales.

Aunque han transcurrido cientos de años, actualmente los niños continúan como en los tiempos coloniales, divirtiéndose con piñatas en la Navidad, calaveritas de azúcar el Día de Muertos o mulitas hechas de hoja de maíz el Jueves de Corpus. Todas estas fiestas y tradiciones son el resultado de la mezcla de las creencias indígenas y españolas. Forman parte de nuestra herencia como mexicanos y es importante que se conserven para que nunca desaparezcan.



Fuente: Supertareas 4, Fernández Editores.








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