El europeo que quería llegar a las Indias

Los motivos humanos del viaje.
La sociedad europea del tiempo en que Cristóbal Colón (1450 – 1506) llegó a América, reconocía como un bien valioso a las riquezas y al poder que – según se pensaba – podían conseguirse con las riquezas. Y como habían luchado recientemente en muchas guerras, para ellos era importante ser triunfadores y famosos.


Pero además de que se decidieron a explorar el mundo porque les hacían falta las especias de Oriente, también estuvieron motivados por la simple curiosidad de descubrir tierras nuevas y entrar en contacto con personas hasta entonces desconocidas.

Curioso… pero pobre.
Ya desde niño, Cristóbal Colón era inquieto y curioso. Navegó cuando era joven por todo el mar Mediterráneo y se aventuró también por las islas cercanas a Inglaterra. En Portugal conoció a una bella chica, con la que finalmente se casó, y se quedó a vivir por algunos años en ese país. Al parecer, había abandonado para siempre su vida de viajes y aventuras.

Pero en Portugal conoció a un geógrafo italiano llamado Paolo Toscanello (1397 – 1482). Algunos decían que Pablo era un hombre que estaba loco porque sostenía ideas ciertamente extrañas. Decía, por ejemplo, que el país de la China descrito por Marco realmente existía. Y aún más: aseguraba que si un marino salía de Europa y viajaba sobre el mar en el mismo sentido que lo hace el Sol sobre el cielo, podrían llegar a ese maravilloso país y hacerse rico y famoso por ello.

A Cristóbal le entusiasmaba todo cuanto Paolo le platicaba, pero era pobre y no contaba con los medios para realizar un viaje tan importante.

En busca de un barco y una tripulación.
En su intento por conseguir los medios que necesitaba para realizar el viaje que soñaba, Cristóbal visitó al rey de Portugal y le expuso sus proyectos. Pero el rey no se dejó impresionar; los propósitos de Cristóbal parecían ser absurdos que el rey rechazó el plan, no sin antes declarar a Cristóbal que un viaje como el que él imaginaba era prácticamente imposible.

Cristóbal – desanimado – fue a España y entró en contacto con unos sacerdotes que trataban de cerca a los reyes de ese país: Isabel (1451 – 1504) y Fernando (1452 – 1516), a quienes se conoce también como los Reyes Católicos.

Al fin, Cristóbal el curioso, se encontró con que tenía ya en sus manos los medios para iniciar el viaje con el que esperaba convertirse en un hombre rico, famoso y triunfador. Pero aún le faltaban por vivir muchas sorpresas.


Fuente: Supertareas 4, Fernández Editores.








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