La Luna, compañera de la Tierra

Los primeros hombres observaban mucho al firmamento, sobre todo en la noche, pues se sentían intimidados ante la belleza e inmensidad del universo. La Luna en especial llamaba poderosamente su atención. Al observar el cielo descubrieron que noche a noche la Luna cambiaba de forma y posición. Estos hombres adoraban a la Luna y sus bellos reflejos como a un ser divino, e inventaron hermosos cuentos, leyendas y poemas para describir su inquietante presencia.


La Luna no es de queso.
El 20 de Julio de 1969, se cumplió uno de los sueños más acariciados por la humanidad: Neil Armstrong y Edwin Aldrin se posaron por primera vez en la superficie lunar. De este modo pudieron comprobar muchos de los supuestos que durante siglos habían elaborado los astrónomos. Los astronautas sabían, aun antes de llegar, que la Luna no sería de queso, como se afirmó durante mucho tiempo, y que aun siendo de día el cielo sería negro como la noche debido a que la Luna carece de atmósfera. Además, sabían que el paisaje lunar sería bastante tedioso, es decir, que sus montañas no serían tan altas e impresionantes como las de la Tierra. Sin embargo, su largo viaje de más de 300,000 kilómetros se tradujo en importantes conocimientos sobre su origen, composición y geología, no sólo de la Luna, sino también de todo nuestro sistema solar.

Fases de la Luna.
La Luna viaja alrededor de la Tierra y completa una vuelta cada 28 días aproximadamente; durante su trayecto nuestro satélite aparentemente se transforma. A estos cambios de apariencia les llamamos fases de la luna. Éstas se deben a la forma en que la Luna refleja la luz del Sol, pues como sabemos nuestro satélite es opaco y no brilla por sí mismo; entonces, los reflejos cambian porque la Luna se mueve.

Luna Nueva. A veces no es posible localizarla en el cielo; parece como si no hubiera salido. Sin embargo, aunque está ahí no podemos verla ya que se encuentra entre el Sol y la Tierra, motivo por el que frente a nosotros queda su parte oscura, invisible a nuestros ojos.

Cuarto Creciente. Cuando la Luna lleva recorrida la cuarta parte de su viaje alrededor de la Tierra, podemos ver un cuarto de Luna iluminada.

Luna Llena. Cuando la Luna ha recorrido la mitad de su viaje alrededor de la Tierra, su cara iluminada se encuentra frente a ésta y entonces podemos observar el disco lunar en completo resplandor.

Cuarto menguante. Al continuar su viaje alrededor de la Tierra, poco a poco la luz que la Luna refleja y que podemos ver va menguando, es decir, disminuyendo. Cuando ha recorrido las tres cuartas partes de su viaje sólo nos es posible observar nuevamente un cuarto de la Luna.

Una vez culminado el ciclo descrito, volverá a repetirse indefinidamente.



Fuente: 
Supertareas 4, Fernández Editores.








No hay comentarios.:

Publicar un comentario

La recomendación del momento

Anónimo de Chalco – La flor y el canto

Brotan las flores, están frescas, medran, abren su corola. De tu interior salen las flores del canto: tú, oh poeta, las derramas sobre...

Lo más popular de la semana