Presentación en el Templo

Moisés enseña en su ley que cada hijo primogénito pertenece al Señor, pero que en lugar de sacrificarlo, como era costumbre entre las naciones paganas, ese hijo puede vivir, siempre y cuando sus padres lo rediman mediante el pago de una cuota a cualquier sacerdote autorizado. También existe un mandato que ordena que después de pasar cierto tiempo, las madres tienen que presentarse en el templo para purificarse, por lo que, normalmente, llevan a cabo ambas ceremonias al mismo tiempo.


Por lo tanto, siendo María y José fieles seguidores de la ley de Moisés, suben al templo en Jerusalén y presentan a Jesús ante los sacerdotes, efectúan su rendición y al mismo tiempo llevan a cabo el sacrificio apropiado para asegurar la purificación ceremonial de María de la supuesta impureza del alumbramiento, extraña creencia muy arraigada entre los judíos.



Fuente:
Los Grandes. Jesús, Editorial Tomo, p. 29.








No hay comentarios.:

Publicar un comentario

La recomendación del momento

Anónimo de Chalco – La flor y el canto

Brotan las flores, están frescas, medran, abren su corola. De tu interior salen las flores del canto: tú, oh poeta, las derramas sobre...

Lo más popular de la semana