Copa América Ecuador 1993. Una gran presentación

El 17 de junio de 1993, México enfrentó a Colombia en el Estadio Nueve de Mayo en Máchala y cayó 2-1. Su debut en el torneo se dio con un sabor agridulce. El buen fútbol desplegado por los verdes dejó una grata impresión y pese a iniciar perdiendo con un gol de Adolfo Valencia a los 34 minutos, se repuso y a los 58', Zaguinho emparejó los cartones. Luego, en el mejor momento de Benjamín Galindo, Ramón Ramírez, Ignacio Ambriz, Alberto García Aspe y compañía, el alumbrado del inmueble falló a los 75'. Tras 20 minutos volvió la energía eléctrica y todo indicaba que el partido terminaría igualado cuando apareció ‘El Fantasma de Machala’. Un remate de Víctor Aristizábal que Ramón Ramírez sacó sobre la línea de gol fue dado como anotación por el árbitro Jorge Nieves, de Uruguay, a los 88'. Polémico, no podía ser de otra manera el debut de México en un torneo tan importante.

El desánimo fue grande, todo parecía estar dispuesto para que el Tri no ganara, los pesimistas confirmaban sus sospechas de que aquella sería una andanza trágica y marcada por la derrota con un equipo maltrecho en el ánimo tras la revuelta frustrada, pero faltaban aún los partidos ante Argentina y Bolivia para completar su participación en el Grupo C. Había, pues, esperanzas.

Tres días después, el 20 de junio, en el Estadio George Capwell, de Guayaquil, el Tri consiguió su primer punto en la competencia. Lo hizo ante Argentina con un gran despliegue físico y futbolístico. Se confirmaba al mundo lo visto ante Colombia. La buena técnica del grupo de Mejía Barón y el juego en corto, y bien proporcionado. El gol mexicano surgió de la viveza de Hugo Sánchez en el cobro de un tiro libre a los 14’. De reojo vio a David Patiño y le puso el balón ante la sorpresa de los argentinos que acomodaban su barrera, Patiño empujó el balón a las redes en un tiro cruzado. Luego, a los 28', Oscar Ruggieri igualó los cartones. El dominio del Tri fue completo y sólo la falta de puntería negó la victoria. Entonces se empezó a hablar de México, de sus condiciones y sus cualidades, de su fútbol bello y efectivo.

Bolivia fue el siguiente rival. Fue un duelo rocoso en el Estadio Los Reales Tamarindos, en Portoviejo. Y, con el empate sin goles, México clasificó como mejor tercer lugar. Tan fuerte fue el juego que a los 21 minutos, Marcos Sandy lesionó a Claudio Suárez y le dejó fuera de la competencia, Sandy ya había hecho algo similar a Oscar Ruggieri en el duelo ante Argentina. Aquel fue un partido cargado de tensión y con un Tri que únicamente buscaba la clasificación a la siguiente ronda.

Su rival en la ronda de cuartos de final fue Perú y no se sabía qué cara le plantaría. La valiente y de control de balón ofensivo como la mostrada contra Argentina o la timorata y raquítica que enseñó contra Bolivia. Mostró, sin embargo, una inesperada y brillante. Venció 4-2 al oponente inca en un exhibición espectacular, completa y lúcida. García Aspe a los 22', de penal, y a los 45', Zaguinho a los 43', en una hermosa tijera, y David Patiño, a los 49', firmaron la victoria. Por Perú José del Solar a los 64' y Juan Reynoso a los 81' hicieron decorosa la derrota en el Estadio Atahualpa, en Quito el 27 de junio.

Por primera vez en el torneo, el Tri repitió escenario y el 30 de junio enfrentó al local, Ecuador, en un duelo que se antojaba harto complicado. Lo hizo con temple, personalidad e inteligencia en un encuentro pasado por agua. Hugo Sánchez a los 23' y Ramón Ramírez a los 54' dejaron un claro 2-0. Al final el equipo en pleno recibió una ovación de la afición local.

En la primera participación del Tri en la Copa América, México alcanzó la final, todo un hito en la historia de su deporte de las patadas. El rival fue nuevamente Argentina y aún se saboreaba la exhibición realizada frente a los ches en la ronda de grupos y que había dejado una sensación de victoria, pero los argentinos eran avezados en esas lides encabezados por Sergio Goycochea, Oscar Ruggieri, Fernando Redondo, Diego Simeone, Leo Rodríguez y Gabriel Batistuta, y pusieron un muro del tamaño de un mar, infranqueable para el Tri.

El 4 de julio en el Estadio Isidro Romero Garbo, Argentina se coronó venciendo a México 2-1.

"México jugó mejor que el rival, donde se vio que el fútbol es impredecible y que no por jugar bien vas a ganar. Tuvimos la pelota la mayor parte del tiempo, pero ellos tenían más experiencia y nos ganaron", describió tiempo después Benjamín Galindo sobre ese duelo.

Gabriel Batistuta traía un estoque esa tarde. Marcó los dos tantos de la albiceleste a los 62' y 73', Galindo, de penal, acercó a los verdes en un duelo emocionante y cargado de emoción.

El Tri había sido el equipo sorpresa del torneo continental para quienes los conocían y para quienes no, pero la verdadera sorpresa se la llevaron los propios seleccionados cuando llegaron a la Ciudad de México. El recibimiento fue apoteósico. Miles de aficionados salieron a las calles a vitorearlos y en un hecho sin precedentes fueron del aeropuerto a Los Pinos. Ya se habían ganado un sitio de leyenda.

Fuente: 
Caras Sports, ‘Copa América Argentina 2011’, Ed. Televisa, p.26 – 27

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