Una vez le correspondió a un asno cargar una imagen de un dios por las calles de una ciudad para ser llevada a un templo. Y por donde él pasaba, la multitud se postraba ante la imagen.
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Esopo – El asno que cargaba una imagen
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Ciudadano del mundo, economista de carrera, bloguero por pasatiempo, docente por situaciones del destino
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