Es un hecho que los más famosos asesinos en serie despiertan temor, morbo e incluso un extraño tipo de admiración o atracción; por ejemplo, uno de los primeros casos en el mundo fue el de Jack “el Destripador”, quien en plena era victoriana dio muerte a por lo menos cuatro prostitutas en las neblinosas calles del distrito Whitechapel, en Londres. Los cortes que este célebre asesino efectuaba en sus víctimas hacía suponer a Scotland Yard, la policía metropolitana, que se trataba de una persona con amplios conocimientos médicos o experiencia en cirugía. El caso nunca se resolvió, y entre los investigados por la policía inglesa, los señalados por la prensa de aquellos tiempos y los propuestos por diversos estudiosos del tema, el número de sospechosos ronda la treintena – incluyendo a un miembro de la realeza.
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“El Destripador”
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Ciudadano del mundo, economista de carrera, bloguero por pasatiempo, docente por situaciones del destino
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