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La monja filósofa. La obra literaria

Dice Emilio Abreu Gómez en su Semblanza de Sor Juana que "su obra responde tanto a la realidad de su vida como a las condiciones de su tiempo... En su obra está presente como en un enigma, la personalidad de su ser, que lucha por realizarse..."

La monja filósofa. Los últimos años

Algo muy grave de carácter verdaderamente trágico tuvo que pasar en el alma de Sor Juana que justifique el total y definitivo cambio en su vida a partir de la Respuesta a Sor Filotea. Después de ella, la mujer y la escritora se eclipsan conjuntamente. La monja sobrevivirá tan sólo cuatro años más. Sor Juana consignó en su carta al prelado los mejores datos que se tienen sobre su vida, carácter, gustos, aficiones literarias y aun mortificaciones que éstas produjeron en el claustro; y donde, además, con nobilísima entereza, se declaró en pro de la cultura de la mujer mexicana y sos­tuvo el derecho de disentir.

La monja filósofa. Los nuevos hallazgos

En los últimos años se han descubierto algunos manuscri­tos atribuidos a Sor Juana. Dos de ellos resultan particular­mente interesantes porque revelan un perfil desconocido de la Musa. El historiador mexicano Elías Trabulse publicó en 1996 un documento satírico, muy probablemente autó­grafo de sor Juana; se trata de una Carta a su confesor, el padre Antonio Núñez Miranda, que puede datar de 1682 y la Carta de Serafina de Cristo dirigida al obispo de puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz (1691), el mismísimo Sor Pilotea de la Cruz.

La monja filósofa. De Sor Filotea para Sor Juana

La famosa carta de Sor Filotea empieza por declarar que "ha admirado la crítica que ella (Sor Juana) hizo del sermón del Padre Vieyra, particularmente por la claridad de su exposición" y que la había hecho imprimir para que su autora (Sor Juana) "reconozca los tesoros que Dios deposi­tó en su alma, y le sea, como más entendida, más agradeci­da". Cuando el obispo la llevó a la imprenta, declaró que la remitía "Filotea de la Cruz, su estudiosa aficionada en el convento de la Santísima Trinidad, de la Puebla de los Án­geles," y veló así su autoridad, su nombre y su oficio. Dice en ella a Sor Juana, a propósito de sus dotes intelectuales que tanto pondera, que, puesto que "quien más ha recibido de Dios está obligado en la cuenta", ella, Sor Filotea de la Cruz, teme se halle Vuestra Merced (Sor Juana) alcanzada en la cuenta, pues pocas criaturas deben a su Majestad mayores talentos en lo natural"; y agrega "que si hasta aquí los ha empleado bien, que así lo debe creer de quien profe­sa tal religión, en adelante sea mejor".

La monja filósofa. Los certámenes literarios

En el año de 1683 se llevaron a cabo unos certámenes litera­rios como parte de las festividades religiosas en honor de la Inmaculada Concepción de María. El encargado de or­ganizar tales certámenes fue don Carlos Sigüenza y Góngora, a quien se le entregaron todas las composiciones y que después él compilaría en su libro Triunfo Parthénico en donde describe los festejos.

La monja filósofa. Los años fecundos

En el año 1673 termina su gobierno el marqués de Mancera y decide regresar a España. Doña Leonor, la virreina, se despide de sor Juana y su despedida es definitiva porque a los pocos días se enferma gravemente y muere en el cami­no a Veracruz. La lacónica noticia trastornó a la comuni­dad del Convento y a Sor Juana en particular, quien le dedicó tres sonetos transidos de dolor. Contaba sor Juana 23 años de edad.

La monja filósofa. La música

Su enorme interés por estudiar todas las cosas, por las cien­cias concretas, llevaba a Sor Juana a coleccionar en su celda del Convento de San Jerónimo numerosos libros, instrumentos astronómicos e instrumentos musicales. Como todo le interesaba y "de admirarlo todo", —como ella misma decía—, experimentó en un campo al que también la con­ducía su oído a la hora de marcar el ritmo y crear sus ver­sos: el mundo de la música. En su afán de relacionarlo todo, mezcló, desde luego, cuanto de música investigó con cuan­to ya sabía, y acostumbrada a compartirlo todo con los de­más, convirtió "su saber y sus pensares en materia de música" en un método práctico de enseñanza que fue muy elogiado por quienes lo conocieron.

La monja filósofa. Los sueños

Para completar la semblanza de Sor Juana y entender me­jor su psicología no se puede pasar por alto el extraordina­rio testimonio de su Primero Sueño; poema desconcertante y a la par admirable, 'cuya misma forma corresponde con el más atinado acierto, al estado mental aparentemente caó­tico que representa, y contribuye también a interpretarlo'. Una atenta lectura y el previo conocimiento de la persona­lidad de la autora llevan a la convicción de que expresa pasajes esenciales, en efecto soñados por la propia Sor Jua­na, y aun en su propio sueño razonados, como ella los ra­zona en su poema.

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