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Jesús. Última cena y arresto

En víspera de la celebración de Pascuas, Jesús solicita que se reúnan él y sus apóstoles en la casa de un amigo para cenar, sabe que será la última vez que comparta alimentos con todos ellos y quiere que disfruten la comida en paz y camaradería. Antes de iniciar el convivio, Jesús se dirige a sus discípulos diciéndoles: "Ardientemente, he deseado comer esta Pascua con ustedes antes de mi pasión, porque les aseguro que no la comeré otra vez, hasta que tenga su cumplimiento en el reino de Dios". Desde luego que con esas palabras, aunque algunos no las comprenden de inmediato, los apóstoles se tornan melancólicos y silenciosos.

Jesús. Últimos días antes del mortal final

Al llegar la entrada a Jerusalén, la gente del pueblo espera impaciente a Jesús y sus discípulos, muchos de ellos entonan ¡Hosanna, Bienvenido sea el hijo de David!, al mismo tiempo que llenan las calles con ramas de palma, todo es júbilo y alegría, las personas tienen la esperanza en que Jesús sea el libertador de Israel, quien acabará con los romanos y dará a los hijos de Moisés y Abraham su libertad largamente esperada, pero no saben ni conocen la enorme diferencia que existe entre ser soldado libertador de hombres y ser humano salvador de almas, por lo que esta manifestación y esa falsa creencia no es compartida por todos, el mismo nazareno sabe que está en la etapa más difícil para él, físicamente, lo oprime el suplicio que padecerá, pero también sabe y reconforta que, después de su muerte, sus apóstoles continuarán su obra al difundir la ley de su Padre, Dios.

Jesús. Contra fariseos y saduceos

Hace más de dos mil años, los fariseos eran miembros de la principal secta política-religiosa que, rígidamente formalista, ejerce con rigor y autoridad, aunque evita los preceptos y el espíritu de las leyes, su mayor aportación a la humanidad del futuro, gracias a su actitud necia e invariable, es la de calificar a hombres o mujeres de hipócritas, es decir, a todo aquel que manifiesta públicamente una piedad que, internamente, no tiene ni siente, por eso se les llama a estos seres fariseos.

Transformación de Jesús. Protestas de algunos discípulos

Andrés, quien está tan confundido como los demás, comen­ta: "Maestro, mis hermanos y yo no comprendemos tus palabras. Creemos plena y totalmente que eres el Hijo de Dios, pero ahora escuchamos esas extrañas palabras acerca de dejarnos y morir a manos de los hombres, cuando tu misión es de salvación y redención".

Transformación de Jesús

Después de esta larga visita de prédica a muchos poblados y ciudades de Israel, Jesús decide ir, junto con sus discípulos, al Monte Hermón o Hebrón en donde permanecerán dos días, preparándose espiritualmente para los grandes acontecimientos que se producirán en breve.

Jesús. Misión pública. Predicación en varias ciudades

Jesús y los apóstoles deciden hacer una primera visita de predicación pública en Galilea con la ayuda de los antiguos discípulos de Juan, además de bautizar a los creyentes en Rimón, Jótapata, Rama, Zabulón, Irón, Císcala, Corazín, Madón, Caná, Naín y Endor y proclaman el evangelio del reino a medida que pasan por ellas.

Jesús. Misión pública. Curación masiva

Un sábado, poco después de la puesta del sol en Cafarnaúm y en la casa de Pedro, unos cuantos judíos recuerdan unas palabras de Jesús expresadas en la sinagoga: "El odio es la sombra del miedo y la venganza, la máscara de la cobardía, ya que el hombre es el Hijo de Dios y no del dia­blo". Entonces, escuchan las voces de cientos de personas en el patio y al abrir la puerta, observan un gran número de enfermos que tienen la esperanza de lograr la curación de manos de Jesús.

Jesús en Galilea

Antes de partir, sabe ciertamente que es hora de pre­dicar el Evangelio del Reino de los Cielos en Galilea, lo cual significa que ya es momento de dar a conocer al mundo y principalmente a la gente sencilla y humilde, de los misterios revelados, de hacer accesible la doctrina de los grandes iniciados como él. Siente una enorme compasión por la humanidad que lo anima a que reciba la luz interna, ese poderoso sentimiento de amor, una enorme fe y una inextinguible energía para su accionar que sólo le pertenecerán a él pero que debe compartir con sus hermanos de la Tierra, el trae la esperanza y la vida.

Iniciación esenia de Jesús

Cuando se forma una sociedad como la de los esenios, las reglas deben ser firmes y hasta severas, para conservar su tradición y tesoro espiritual y al ser admitido en ella se requiere el noviciado de un año en donde el candidato debe mostrar y probar que es de temple para que sea admitido al “lavado” físico y del alma, no obstante, aún no es tiempo de entrar en contacto con los maestros de la orden, deben transcurrir dos años para que pueda darse este importante paso en la vida del neófito y ser admitido en la cofradía. Para este paso, el aspirante tiene que hacer y llevar a cabo juramentos de actitud, observar íntegramente los deberes y jamás traicionar los secretos a los que ha tenido y tendrá acceso. Es por esto que casi nada se sabe de los esenios.

Iniciación de Jesús

Para la importantísima labor que llevará a cabo, Jesús tiene que prepararse en todos los sentidos, para esto, toma dos decisiones muy importantes, la primera, viajar a todas las ciudades del mundo conocido que pueda y segunda, llevar a cabo un periodo de preparación física, mental, espiritual y divina que le permita su participación pública con la certeza de que sus palabras serán escuchadas no sólo en territorio judío sino en todo el orbe.

Juventud de Jesús

Cuando Jesús cuenta con veinte años o un poco más, encuentra en el “Libro de Enoc” un pasaje que lo incita a adoptar la expresión “Hijo del Hombre” para designarse durante su misión evangelizadora. Estudia cuidadosamente el concepto muy arraigado del Mesías judío y está firmemente convencido de que él no está destinado a ese papel ni personaje. Desea con el corazón ayudar al pueblo de su padre, pero nunca piensa ni desea estar al frente del ejército judío para liberar a Palestina de la dominación extranjera y principalmente, la romana. Tampoco cree que su misión como liberador espiritual o educador moral se limitará exclusivamente al pueblo judío, así entonces, la misión de su vida no puede ser de ninguna manera el cumplimiento de deseos y supuestas profecías mesiánicas de las escrituras hebreas, al menos no de la manera en que los judíos comprende estas predicciones de los profetas.

Jesús en el templo

Cuando María y José parten hacia su hogar, no se dan cuenta que Jesús no va con ellos sino hasta cuando llegan, ya que la costumbre es de que hombres y mujeres viajen aparte y cada uno de sus padres, creen que el joven viaja con el otro por lo que, cuando descubren que Jesús no viaja con ellos, regresan por su hijo a Jerusalén. Por su parte, Jesús casi no se da cuenta de que sus padres ya no están, pues su mayor interés y concentración está en acudir al templo, primero para escuchar a escribas y maestros y después para cuestionarlos en muchos aspectos, tanto religiosos como de la vida social de los judíos y es precisamente al tercer día cuando un gran número de personas se congregan para escuchar a este joven de Galilea y disfrutar plena y totalmente la experiencia de ver como un adolescente confunde a los sabios y eruditos de la ley.

Adolescencia de Jesús

Es sencillo imaginarse al joven Jesús jugando con sus amigos y compañeros quienes lo ven como un líder de su grupo por su gran inteligencia, sentido de igualdad y justicia. También recorriendo la sinagoga donde discuten fariseos y escribas y que Jesús no puede menos que sonreír y entristecerse al mismo tiempo por todo lo que escucha de ellos, incluso, de no aguantarse las ganas de platicar con estos supuestos doctos en la ley, quienes exprimen y manipulan las letras hasta dejarlas sin sentido alguno. Caminando y viendo la opulencia de Sephoris, capital de Galilea, tratando de adivinar que hay dentro de la enorme y profusa mansión de Herodes Antipas, resguardada por mercenarios galos, tracios y bárbaros, contratados exclusivamente para impedir el paso a cualquier esclavo y plebeyo que intente traspasarla sin autorización.

Jesús. Otra vez en Nazaret

La casa de Jesús no está lejos de la elevada colina situada en la parte norte de Nazaret, él y su familia viven en las afueras de la ciudad, lo que le facilitará disfrutar frecuentes paseos por el campo y subir a la cumbre de esta montaña cercana, una de las más altas de todas las colinas del sur de Galilea. La casa está situada hacia el sureste del promontorio de esta colina y aproximadamente a mitad de camino entre la base de esta elevación y la carretera que conduce de Nazaret a Caná. Además de subir a la colina, el paseo favorito de Jesús es un estrecho sendero que rodea la base de la colina hasta el lugar donde se une con la carretera de Séforis.

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