La Noche Triste fue desastrosa para las tropas de Cortés.
Varios meses necesitarían los españoles para reparar, en Tlaxcala, las pérdidas sufridas, curar a los heridos y aprestarse a venir de nuevo sobre la capital azteca. Como la empresa era difícil, Cortés empezó apoderándose de las otras ciudades principales que había en el Valle de México. Hizo construir, además, trece barcos que le permitirán atacar por agua.