Como ayer, las paredes manchadas
con el mismo ritual de rutina,
el pobre mucho más se calcina
y nosotros no hacemos noticia.
Como ayer, las paredes manchadas
con el mismo ritual de rutina,
el pobre mucho más se calcina
y nosotros no hacemos noticia.
Por toda la casa se esparce un olor agridulce a membrillo, a orejones de calabacita y pera, a pasta de higo y a ejotes pasados por agua que,...