Es un teórico japonés orientado más a las personas que a la estadística. Entre sus grandes aportes se encuentra la inclusión de los clientes en la ecuación de la calidad, y considerar que las quejas de estos constituyen grandes oportunidades para las empresas, en especial para los ajustes de los procesos de calidad.
Es el autor de los círculos de calidad, mecanismo
que convierte a los trabajadores en el centro de la solución de problemas y,
por tanto, del enfoque del mejoramiento continuo de los procesos; para ello
retoma el enfoque de Parker Follet, que busca que los trabajadores se sientan
satisfechos mediante talleres, y el respeto a la dignidad humana. Los círculos
de calidad ayudan a descubrir las capacidades de cada individuo para mejorar su
potencialidad; por eso Ishikawa aprovecha al máximo la capacitación como
aspecto primordial de la calidad, y la herramienta de causa y efecto,
articulada a las herramientas del control estadístico de la calidad
desarrolladas por Deming y Feigenbaum.