El propio Peiró reconoció que México mereció más ante España y la Selección subsanó su dolor con su triunfo ante Checoslovaquia.
“Otra vez Brasil”, pensó Antonio Carbajal la víspera del 30 de Mayo de 1960. Era la tercera vez en cuatro Mundiales que México debutaba contra los cariocas. En las dos ocasiones anteriores había recibido un total de nueves goles.