Una flecha en el aire
tiró Cupido,
y la tiró jugando —cielito lindo—
Una flecha en el aire
tiró Cupido,
y la tiró jugando —cielito lindo—
—¿Qué pájaro es ése? —le pregunté a Fausto Ruiz, el viejo peón amigo que siempre me acompañaba en mis andanzas por el monte.
Este arroyo que me mira
con inocencia de pájaro
tiene los ojos azules
del horizonte serrano.
Fueron a cazar guitarras,
bajo la luna llena.
Y trajeron ésta,
Brotan las flores, están frescas, medran,
abren su corola.
De tu interior salen las flores del canto:
tú, oh poeta, las derramas sobre los demás.
¡Lo he comprendido al fin:
oigo un canto; veo una flor;
oh, que jamas se marchiten!
Llovieron las esmeraldas;
ya nacieron las flores:
es tu canto.
Cuando tú lo elevas en México
el sol está alumbrando.
Es para que la cantes
esta canción:
La rosa de los vientos, el corazón.
Cansados de buscar, terminamos por dejarla sin nombre.
Se llama simplemente "la vaca", porque es el nombre que mejor le queda.
Además, qué le importa con tal de comer. Así pues, tiene a discreción hierba fresca, heno seco, legumbres, granos e incluso pan y sal. Y come de todo, todo el tiempo; come dos veces, puesto que rumia.
Una nube blanca,
una nube azul,
en la nube un sueño
y en el sueño, tú.
Mariposa nocturna.
¡Devuelve a la desnuda rama,
nocturna mariposa,
las hojas secas de tus alas!
Marcho al bosque con mi escopeta y mi perro… Enciendo fuego y la luz alumbra los troncos de los pinos.
Una flecha en el aire tiró Cupido, y la tiró jugando —cielito lindo—