De la silla presidencial a la cama hay sólo un paso.
Parece que el poder es afrodisiaco o algo que las mujeres encuentran muy sexy. Si esto es cierto, el hombre más poderoso del mundo, debe de vivir rodeado de tentaciones: mujeres voluptuosas que buscan algo más que una fotografía o un saludo efusivo. Por eso, resulta muy interesante revisar algunos de los casos más sonados de presidentes de los Estados Unidos que se han distinguido por sus líos de faldas. Y es que, desde antes de la Lewinsky y la Monroe, en la Oficina Oval ya se cocían habas…