Un día el reloj se paró.
- ¡Ya estoy cansado de trabajar!
Hoy descansaré.
Un día el reloj se paró.
- ¡Ya estoy cansado de trabajar!
Hoy descansaré.
Por toda la casa se esparce un olor agridulce a membrillo, a orejones de calabacita y pera, a pasta de higo y a ejotes pasados por agua que,...