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Mahoma. El primer templo

La entrada en Medina realmente significó para Mahoma el principio de un tiempo nuevo para él y para el mundo, pues de pronto se percibió con toda claridad que estaba naciendo un fenómeno cultural nuevo, antes de eso la propuesta de Mahoma no había sido más que una postura disidente, como muchas otras que habían surgido en la historia de los pueblos árabes y que se habían diluido o habían dejado sus huellas en esa especie de sincretismo cultural y religioso que se manejaba más como un conjunto de mitos que como una religión; pero el Islam se perfilaba como algo totalmente distinto, como la superación de todo lo anterior y la creación de una ideología nueva y de extraordinario vigor; de ahora en adelante los árabes tendrían una sólida estructura religiosa, en vez de múltiples supersticiones, tendrían un líder lúcido y carismático y tenían también su propio libro, lo único que les faltaba era el templo, lo que para aquellos pioneros de la nueva fe no era solamente el lugar físico, sino el concepto de un sitio de reunión, la sacralización de sus creencias, y sobre todo el reconocimiento público de la categoría del Islam como religión independiente del judaísmo y del cristianismo; la gran fuerza que habían adquirido en Medina les permitió conseguir la autorización para practicar su religión de manera pública y formal, lo que en términos políticos era más importante que la estructura física del templo; pero en términos psicológicos y sociales, la construcción del templo era fundamental para reforzar el sentimiento de pertenencia y solidaridad que daría lugar a un núcleo social sólido. El terreno que se pudo conseguir era un antiguo cementerio en el que habían crecido infinidad de palmeras, por lo que el primer trabajo consistió en el traslado de los cuerpos humanos, el talado de las palmeras y el desbroce del terreno. El propio Mahoma participó desde el principio en los trabajos, sin sospechar que de alguna manera estaba preparando su propia rumba, pues es ahí donde descansan sus restos, así que todavía se le llama Maschid al Nabi o "Mezquita del Profeta". La construcción original era muy rústica, los muros de tierra y ladrillo, los soportes estaban hechos con los troncos de palmeras que se encontraban en el propio terreno, y el techo con las hojas de las palmeras; sin embargo el trabajo comunitario representó una nueva actitud social por parte de la gente, pues al integrarse a la nueva doctrina y trabajar en solidaridad se rompían los antiguos vínculos tribales y se construía una nueva sociedad, por lo que todos sentían que aquel templo era el símbolo de una nueva vida.

Islam. Mayoría de edad. Selim y Solimán

Durante su gobierno en Egipto, los herederos de Saladino compraron numerosos esclavos mamelucos en Rusia y en el Mar Caspio, muchos de los cuales recibieron una esmerada educación islámica, sirviendo en las casas de las familias egipcias más acomodadas. Aquellos esclavos tan bien adiestrados prosperaron con el tiempo y lograron penetrar en los círculos de poder del reino. Finalmente, en el año 1250 se sublevaron y tomaron el poder en El Cairo, fundando la dinastía Mameluca.

Mahoma. El año del luto

El momento de mayor peligro para Mahoma y sus correligionarios fue el estado de sitio al que se los sometió en el castillo de Abu Talib; en aquellos momentos ellos no contaban con suficientes fuerzas para luchar contra un enemigo poderoso y el apoyo popular era muy escaso; pero esa situación se superó de manera casi milagrosa, y en alguna medida se revirtió a favor de los musulmanes, pero no tanto como para que ellos pudieran considerarse triunfadores, pues pasados tres años desde aquella crisis las contradicciones continuaban y el decreto en contra de Mahoma y sus seguidores seguía pegado en la Kaaba, por lo que permanecía vigente, pero no en todas sus cláusulas, pues por efecto del tiempo, algunas partes del decreto ya eran ilegibles; finalmente la humedad terminó borrando casi todas las palabras, con excepción de las primeras: En tu nombre, Dios Todopoderoso..., y lo demás ya era ilegible, por lo que la gente simplemente consideró que el decreto estaba anulado y nadie puso reparo alguno en que Mahoma y sus seguidores regresaran a La Meca. Algunos escritores musulmanes sugieren que fue la voluntad de Alá la que borró el decreto y con ello liberó a su profeta del anatema que se cernía sobre él; pero independientemente de las creencias que motiva la fe, la realidad fue que en esos tres años los detractores de Mahoma, con Abu Sufián a la cabeza, habían disminuido, mientras que los adeptos o simples simpatizantes habían aumentado considerablemente, no sólo en La Meca, sino en muchas regiones árabes, por lo que aquel decreto, y en general la hostilidad de los detractores había perdido fuerza, al grado de que la situación se estaba revirtiendo a favor de los musulmanes, pues las conversiones aumentaban grandemente, por lo que todo iba viento en popa para el profeta; pero pronto habrían de aparecer dos grandes sombras en su camino; la primera de ellas fue la muerte de su tío y protector Abu Talib, quien fue muy longevo para los estándares de la época, pues murió a los ochenta años de edad. Algunos autores dicen que en sus últimos momentos abrazó la fe del Islam, aunque otros dicen que solamente renunció a sus creencias idólatras, pero que permaneció fiel a las tradiciones de sus ancestros; cualquiera que haya sido el caso, para Mahoma y sus fieles fue una gran pérdida, pues Abu Talib seguía siendo un elemento de cordura en medio de la contienda ideológica y política.

Mahoma. Los tiempos difíciles

Durante su vida como reformador religioso, Mahoma enfrentó graves dificultades y remontó obstáculos, pero tal vez nada fue tan difícil como el principio de su apostolado, cuando tuvo que soportar algo más duro que la hostilidad o la violencia: la indiferencia, e incluso la burla de sus conciudadanos e inclusive de su propia familia. Cuando él decidió dejar de actuar en la oscuridad y el secreto y comenzar su prédica pública, la gente murmuraba y reía a su paso, o lo increpaban con bromas de mala intención, para otros él era simplemente un pobre alienado que sufría ataques y delirios en los que pretendía comunicarse con los ángeles.

Ciencia y técnica en el Islam

En su afán de incrementar sus conocimientos, los árabes tradujeron a los griegos, rescataron el pensamiento de Aristóteles y de otros pensadores clásicos, y lo transmitieron a los hombres del Renacimiento. A esa importantísima labor cultural hay que añadir las aportaciones que hizo la civilización árabe en diversas materias: matemáticas, astronomía, física, cartografía, química y medicina. En astronomía, los árabes estudiaron el cielo y el movimiento de los planetas, y ese conocimiento lo utilizaron para orientarse a través de sus astrolabios. Erigieron grandes observatorios astronómicos en Samarcanda, Estambul y en algunos lugares de la India, y nos legaron un gran número de instrumentos de observación como astrolabios, planos y cuadrantes solares. Desarrollaron de forma excepcional la geometría y la trigonometría, y sobresalieron en el álgebra.

Mahoma. El edificio de la doctrina

En el desarrollo de su sistema religioso, Mahoma no solamente hizo acopio de fe, sino también de paciencia, pues ya vistas las reacciones de la gente ante sus primeras propuestas; poco a poco, a base de reflexión, de emoción, y se dice que de revelación, Mahoma fue colocando los elementos estructurales de lo que llegaría a ser un complejo edificio filosófico, sociológico y religioso que se llamó "Islam", término que algunos derivan de la palabra Salam o Aslama, que significa "salvación", aunque otros filólogos la interpretan como "sumisión", en Occidente se acostumbra llamar "islamismo" o "mahometanismo" a la religión creada por Mahoma; asimismo, se llama "musulmán" a quien practica esta religión, lo que se deriva del árabe mus-islam que significa "maestro del Islam", término que más bien se aplica a los sabios o sacerdotes y no a cualquier seguidor de la fe islámica. Teniendo que optar por alguno de los términos, es preferible utilizar el de "Islam", y derivar de ahí "islamismo" o "islámico", pues esta nomenclatura coincide con los significados empleados por el propio Mahoma.

Mahoma. Comienza la difusión de la fe

No fue sino hasta que encontró la plena seguridad dentro de su alma, que Mahoma comenzó a predicar la nueva fe. Se dice que uno de los primeros conversos fue su siervo Zaid, quien pertenecía a la tribu de Kalb y había sido capturado de niño por una banda de traficantes de esclavos que pertenecía a la misma tribu de Mahoma, y por alguna negociación, este joven había pasado a ser de su propiedad; pero con el tiempo Mahoma había llegado a apreciarlo tanto que finalmente lo adoptó como hijo. Cuando Zaid aceptó el llamado de la nueva fe, se convirtió en el más fiel servidor de Mahoma y en su principal guardián. La propuesta de la nueva fe que Mahoma predicaba representaba un peligro para él y su familia, pues de hecho constituía una herejía y una traición a su estirpe, pues él descendía precisamente de los guardianes del templo de la Kaaba, por lo que era su deber la defensa de la tradición, y de ninguna manera el repudio de las antiguas prácticas, como era la adoración de los múltiples dioses; especialmente debía cuidarse de los descendientes de Abd Xams, quienes habían cultivado el odio hacia sus primos, los descendientes de Haxim, que era la estirpe de Mahoma y que siempre había tenido preeminencia sobre aquellos parientes, tanto en el sentido financiero como en el político; por lo tanto era de esperarse que al conocer la desviación herética que ahora predicaba su primo, habrían de presionar para disputar a la familia la custodia de la Kaaba y los privilegios que a ellos reportaba. El jefe de esta rama de los Coarix era Abu Sufián, quien era bisnieto de Abd Xams, quien a su vez fuera hermano de Haxim, fundador de la familia a la que pertenecía Mahoma; él era un personaje rico, ambicioso y de gran inteligencia, por lo que era un rival muy poderoso y se debía tener mucho cuidado para evitar un enfrentamiento directo con él.

Nace el Islam

En su primera fase de apogeo, el islamismo se extendió con rapidez y conquistó amplios territorios en Persia, Irán, Siria y el norte de África. Las nuevas riquezas que afluían y la lucha por el poder originaron grandes tensiones que desembocaron en el enfrentamiento entre chiíes y suníes.

25 Datos de Mahoma

 

1

La Kaaba es el centro de la peregrinación a la Meca, esta peregrinación conecta a los musulmanes con sus orígenes y su identidad.

2

El encuentro con el Arcángel Gabriel desató en Mahoma la convicción por el desarrollo espiritual de su pueblo.

3

La labor profética de Mahoma comenzó de manera muy difícil, ya que incluso su familia se convirtió en uno de sus enemigos.

4

Mahoma no quería fundar una nueva religión sino reformar el judeocristianismo.

5

Una de las mezquitas más grandes de la Meca fue construida en el siglo XVII, tiene capacidad para 10,000 personas.

6

Se dice que Mahoma llegó a realizar milagros para ganar adeptos, pero esta afirmación contrasta con sus ideas acerca de este tema.

7

Tras quedar desamparado Mahoma se refugia en Taif, donde experimenta otra visión sobrenatural.

8

Al buraq (el relámpago) era el nombre del caballo materializado por el Arcángel Gabriel, tenía rostro humano, cuerpo de equino y alas.

9

Según algunos escritores Mahoma fue levantado por el Arcángel Gabriel sobre las montañas, otros sostienen que fue llevado por Al buraq.

10

Durante su visita a los siete cielos, Mahoma pudo hablar con los grandes profetas de la historia como Moisés.

11

Abraham e Ismael edificaron la Kaaba, después se introdujeron ídolos dentro de este recinto sagrado, esto molestaba fuertemente a Mahoma.

12

La ciudad de Medina fue una de las plataformas de lanzamiento para la difusión de la nueva religión fundada por Mahoma.

13

La contradicción de atacar a sus enemigos durante el mes sagrado, llevó a Mahoma a desarrollar la teoría de la predestinación.

14

La batalla de Badr fue crucial para los planes de expansión de Mahoma.

15

Mahoma, después de unos altercados con judíos en Medina, cambió el "punto de oración", la Qibla, de Jerusalén a La Meca, por lo que los musulmanes, desde entonces, se orientan hacia allá en sus oraciones.

16

Uno de los arcos que perteneció a Mahoma, además de que cuenta con un estuche de oro con bellos grabados, se encuentra actualmente en el museo Topkapi Sarai en Estambul.

17

Mahoma estaba consciente de la importancia de las relaciones diplomáticas con las regiones vecinas así como con el extranjero.

18

Mahoma envió mensajes a varios dignatarios vecinos para invitarlos a unirse a la nueva religión.

19

Muchos de los líderes de países vecinos acudieron al llamado de Mahoma, mientras que los que no lo hicieron así, mandaron generosos obsequios al profeta.

20

Las armas árabes fueron parte fundamental de los planes de expansión de Mahoma.

21

Abu Bakr fue nombrado líder de los peregrinos tras la decisión de Mahoma de quedarse al frente del poder.

22

Mahoma presentía que se acercaba el fin de su existencia, por lo que llamó a una reunión a sus allegados y les delegó responsabilidades sobre su reino.

23

Poco antes de morir, Mahoma saldó todas sus deudas, tanto morales como económicas, y hecho esto, decidió dejar este mundo y murió días después.

24

"No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta". Esta frase refleja y sintetiza una manera de ser, de sentir y de pensar para millones de personas; se trata de una demostración de fe tan clara y contundente que no admite bemoles ni medios tonos

25

Tal vez el genio de Mahoma fue haber descubierto cierta motivación en sí mismo y en su pueblo, y tal vez por eso llamó "Islam" (sumisión) a su sistema religioso - político.




25 Datos del Islam I

 

1

La Mezquita de Al - Zayed, en Abu Dhabi, es una de las más grandes del mundo, con capacidad para 30,000 fieles y una alfombra de casi 6,000 metros cuadrados

2

El sacerdote musulmán es el encargado de fabricar el gri gri cuando nace un niño en Nigeria. Este talismán sagrado es una pequeña bolsita de cuero que por lo general contiene varios versos del Corán y que el nuevo africano debe llevar consigo toda su vida para que lo proteja. También es habitual que el gri gri contenga restos del cordón umbilical. Es un amuleto en el que llegan a depositar tanta confianza, que hasta hay quien cree en su capacidad para frenar las balas.

3

En el siglo VII, el islam penetró con fuerza en Egipto, se expandió con rapidez por África y hoy es mayoritario en gran parte del Magreb y el África sahariana y subsahariana. Sin embargo, se trata de un islam heterodoxo, que se mezcla con la práctica de la magia, el culto a los ídolos y las costumbres paganas.

4

Abdul Latif Ahmadi experimentó el día más triste de su vida cuando, en 1996, a plena luz del día los talibanes quemaron todas las bobinas de cine de la Filmoteca Nacional de Afganistán que él preside. La tristeza de Ahmadi es sólo una muestra del convulso camino que su país ha seguido durante finales del siglo XX y gran parte del siglo XXI.

5

Tras una cruenta guerra civil, los talibanes llegaron al poder en 1996, imponiendo su severo régimen islamista. El grupo surgió en 1993, con el objetivo de imponer la sharia o ley islámica. La mayoría de sus miembros nació en campos de refugiados mujahidín en Pakistán, país en el que aprendieron la lucha de guerrillas.

6

Cada décimo día del muharram (primer mes del calendario musulmán) los chiíes celebran la Ashura, una fiesta en la que recuerdan el martirio de Hussein, nieto de Mahoma, y se lamentan por haberle podido ayudar cuando fue asesinado en el año 680. fue esta muerte la que desencadenó el cisma entre chiíes y suníes, que ha llegado hasta la actualidad

7

Durante la Ashura, miles de musulmanes se fustigan y se infligen cortes en la cabeza, hecho muy criticado por los imanes, quienes han propuesto a los fieles que, en lugar de derramar su sangre, la donen. Lamentablemente, el recuento posterior de heridos y muertos no sólo se debe a la autoflagelación porque, con frecuencia, suníes radicales cometen en esta jornada brutales ataques terroristas.

8

En Medina se encuentra la Mezquita del Profeta, también conocida como Masjid al - Nabaw. Es la segunda en importancia después de La Meca.

9

Cuando nació Mahoma, la mayor parte de los árabes creía que Alá era el mismo Dios al que rendían culto judíos y cristianos

10

En el norte de La Meca se ubica la montaña de Hira, donde Mahoma acostumbraba meditar. En esta cueva, que hoy es un lugar de peregrinación, recibió su primera revelación, tras la cual comenzó a predicar entre los miembros de su tribu.

11

En el año 629, Mahoma entró en La Meca al frente de un enorme ejército y la ciudad, habitada por coraixíes, se rindió sin derramamiento de sangre.

12

Mahoma es sólo un intermediario, sus palabras no le pertenecen; proceden de la inspiración y son patrimonio único de Dios

13

El Corán está diseñado para ser recitado y muchos musulmanes todavía lo memorizan para salmodiarlo. Se les otorga el tituló de Hafiz y gozan de una reputada posición en la sociedad.

14

El Corán jamás incluye ilustraciones y su belleza depende de la finura de la complicada y hermosa caligrafía árabe.

15

Se cree que el ejemplar más antiguo conocido del Corán es una copia que se conserva en una de las madrazas (escuelas coránicas) más famosas de Tashkent, capital de Uzbekistán.

16

En las librerías musulmanas es fácil hallar versiones en CD o DVD. En internet, es imprescindible consultar la página www.quranchannel.com. El sitio da acceso a todas las cadenas de radio y televisión monográficas sobre la recitación del Corán.

17

La primera traducción que se recuerda del Corán fue al persa, realizada por un escritor llamado Salam, en el siglo VII.

18

La primera versión en lengua occidental del Corán data de 1143. Fue en latín y se atribuye a Robert de Ketton. En castellano, la mejor traducción es la realizada en 1986 por Julio Cortés, y la más antigua, una de 1463 atribuida al muftí de Segovia.

19

La palabra Corán significa en árabe "recitación" y está emparentada con la raíz siríaca queryaná (lectura litúrgica). Es conocido también con otros nombres, como AI-Huda (la guía), Zihralah (el pensamiento de Dios) o AI-Furqan (el criterio).

20

Durante el Ramadán, se conmemora el Lailatul-Qadr, noche en que Mahoma recibió su primera revelación.

21

Si Mahoma fue el fundador del islam, Abu Bakr, primer califa, sucesor del Profeta y quien ordenó recopilar sus enseñanzas, asumió el papel de arquitecto.

22

Durante siglos el islam fundamentó su poderío bélico en la férrea disciplina y una mentalidad agresiva. Las primeras victorias de Mahoma se convirtieron en fuente de inspiración y fueron emuladas durante siglos por otomanos, mamelucos y bereberes.

23

La Batalla de Badr (624) fue fundamental en la historia del islam; Mahoma venció a sus oponentes de la tribu de los quraysíes

24

El Profeta Mahoma fue un excepcional conductor de hombres que cohesionó las tribus nómadas en pos de un objetivo común

25

El Biswa Ijtema es la reunión anual de gente que profesa el Islam en Bangladesh. Cada año viajan aproximadamente 5 millones de personas a Tongi, cerca de Dhaka, para meditar, olvidarse del mundo y volver a casa limpios del alma.



La siguiente parte puedes consultarla dando clic en este enlace:

De la meteórica expansión árabe a los ejércitos califales

Es uno de los grandes rompecabezas de la historia universal: ¿Cómo una indisciplinada horda de guerreros sin más tradición bélica que el ejercicio de la razia en un contexto intertribal fue capaz, en menos de dos décadas, de construir un imperio que superaba en extensión al romano en el cénit de su esplendor? La respuesta exige remitirse a la prehistoria del islam para reinterpretar la figura de Mahoma como el primer gran líder militar de la historia musulmana. El Profeta fue un excepcional conductor de hombres y, no menos importante, el personaje que cohesionó los intereses de las tribus árabes en aras de un objetivo común. Este propósito exigía zafarse de las más arraigadas tradiciones guerreras arábicas y renunciar al principio esencial que regía los escarceos bélicos entre tribus: poca agresividad y menos bajas. Mahoma fue el arquitecto de un ejército —no de guerreros sino de soldados— que basó su eficacia en tres pilares: disciplina, entusiasmo y mentalidad agresiva.

Yihad y guerra santa

Según la tradición coránica, dos son los tipos de yihad: la “gran yihad” y la “pequeña yihad”. La primera incita a la lucha interna en un contexto de crecimiento espiritual; sólo la segunda sanciona el ejercicio de la guerra como vehículo de inmersión en el islam. Con toda seguridad, la puesta por escrito del Corán es posterior a la muerte del Profeta y recoge múltiples contradicciones resultantes de la recopilación de revelaciones surgidas en momentos históricos diferentes. Así, a lo largo del Corán encontramos suras que se oponen abiertamente a la guerra, otras consienten la guerra defensiva y otras más abogan por un modelo agresivo de expansión del islam. 

El Corán. Palabra de Dios. Misión cumplida

Pacificada Arabia, Abu Bakr y su sucesor, Umar, proyectaron el ardor guerrero y las ansias de botín de las tropas musulmanas hacia los confines de Bizancio y Persia, imperios exhaustos tras siglos de conflictos. En apenas una década, el territorio controlado por los musulmanes superaba los desiertos de Egipto y se alargaba hacia las estribaciones de la India. La amplitud de las conquistas y la natural desaparición de aquellos que conocieron al Profeta y convivieron con él comenzaban a amenazar su mensaje. La lejanía de las provincias causaba que, en muchas ocasiones, los gobernadores tuvieran dudas sobre la aplicación de la ley y optaran por el derecho consuetudinario de las poblaciones que regían. Además, los nuevos conversos abrazaban el islam desde sus creencias anteriores -principalmente el cristianismo— y amenazaban con contaminar una religión en la que hallaban múltiples similitudes. Abu Bakr intuyó la solución: había que fijar la revelación por escrito.

Los cinco pilares del Islam

La oración.

Los arkan al-lslam son los cinco preceptos Fundamentales que todo musulmán debe cumplir. Uno de ellos (el segundo) implica rezar cinco veces al día, mirando a La Meca. Se puede realizar en cualquier parte, solo o acompañado, pero la oración comunitaria tiene todavía más valor.

El Corán. Palabra de Dios. La esencia

Para poder profundizar en la esencia de El Corán, conviene sumergirse antes en la tierra y en la sociedad en la que emergió: la Arabia del siglo VII. 

Era una vasta extensión de arena, montes y rocas salteada de oasis en la que diversas tribus luchaban por el control del comercio y los escasos acuíferos. Aparte de cierto pastoreo, las principales actividades eran el trasiego de caravanas y el pillaje. Las mercancías se desembarcaban en el puerto yemení de Adén y eran transportadas en largas hileras de camellos hasta el acaudalado oasis de La Meca, patria de mercaderes paganos, adoradores de betilos. El más importante de éstos era un trozo de obsidiana -la célebre Piedra Negra-, que se veneraba en un santuario cúbico conocido como la Kaaba. Desiertos y oasis hospedaban también diferentes comunidades de judíos y cristianos. La colonia judía más poderosa habitaba en el palmeral de Medina, donde Mahoma halló refugio en el año 622, cuando huyó de la animadversión de sus conciudadanos de La Meca, suceso conocido como la Hégira. 

El último profeta. Movimiento pacífico

El triunfo definitivo, sin embargo, no vendría de la guerra, sino de una acción inteligente y audaz por parte de Mahoma. Acompañado por un millar de musulmanes desarmados se dirigió a su ciudad, que ahora lo tenía como enemigo público, para culminar la sagrada peregrinación que a ningún árabe se le podía prohibir. Sin embargo, los coraixíes de La Meca no estaban dispuestos a permitirle la entrada y mandaron un nutrido grupo armado a su encuentro. Tras una larga negociación, llegaron al acuerdo de que los musulmanes realizarían sus ritos fuera de la ciudad y regresarían a Medina.

Revelaciones agotadoras

Paradójicamente, Mahoma era analfabeto, de manera que cuando recibía una revelación la transmitía oralmente y sus oyentes se encargaban de repetirla y memorizarla hasta que alguien la fijaba por escrito. Sin embargo, el modo en que le llegaban los mensajes divinos variaba mucho de unos casos a otros. Podían ser visiones claras o frases casi incoherentes e inarticuladas, mensajes luminosos o palabras dolorosas y oscuras. Según explicaba el propio Mahoma: "La revelación más difícil es la que me llega como el tintineo de una campana, aunque la reverberación se reduce a partir del momento en que soy consciente de su mensaje". En alguna ocasión, la revelación incluía instrucciones sobre cómo debía transmitirla, pero con frecuencia se encontró con grandes dificultades a la hora de entender los mensajes que recibía y luchó agónicamente hasta descifrarlos. Cierta vez dijo, refiriéndose a este proceso: "Jamás recibí una revelación después de la que no sintiera que me habían arrancado el alma". 

El último profeta. Revelación decisiva

Después de aquella experiencia mística, Mahoma tuvo algunas otras de las que nunca habló, y luego se interrumpieron de pronto. Esto lo sumió en un amargo desconcierto que duró dos años, hasta que le llegó la revelación que transcribe la sura de la mañana, número 93 del Corán. Esta vez se trataba de un mensaje claro, lleno de luz, en el que Dios lo conminaba a dar a conocer a sus hermanos las palabras que ponía en su boca. Aquél fue el impulso decisivo. A partir de entonces, la desconfianza de Mahoma desapareció por completo, y su espacio lo ocupó una sólida seguridad. Investido de ella, Muhammad ibn Abdallah se dispuso a obedecer a Dios presentándose ante los suyos como el Profeta.

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