Lava tus pies diario: Todos los días lava tus pies con agua tibia y jabón.
Siempre utiliza chanclas al bañarte: Principalmente si es un baño compartido, así previenes la presencia de hongos en los pies.
Sécalos muy bien con un paño suave y sin frotarlos: Pon especial atención entre los dedos, pues es ahí donde se acumula humedad que favorece el desarrollo de hongos y lesiones.