Los primeros clavados.
Desde el siglo IV los vikingos fueron pioneros en practicar el juego de "tirarse" al agua desde una plataforma, pero es hasta el siglo XIX que los clavados se desarrollan como deporte, primero en Inglaterra y Australia, después en el resto de Europa y América. En 1904 debutó en los Juegos Olímpicos de St. Louis, con un programa varonil en plataforma de 10 m. El trampolín de 3 m se introdujo en 1908 y se implementó una tabla de clavados con sus respectivos grados de dificultad. La categoría femenil llegó en 1912 con el clavado de altura y en 1920 con el trampolín. A partir de 1991 se agregaron en olímpicos y campeonatos mundiales el trampolín de 1 m para ambos géneros. Los clavados sincronizados (de 3 y 10 m) se incorporaron hasta 1995 y su debut olímpico fue en Sydney 2000.
