Como ayer, las paredes manchadas
con el mismo ritual de rutina,
el pobre mucho más se calcina
y nosotros no hacemos noticia.
Como ayer, las paredes manchadas
con el mismo ritual de rutina,
el pobre mucho más se calcina
y nosotros no hacemos noticia.
A veces, como un tronco de árbol,
pálido
y envejecido,
no
mueves las ramas, te secas,
un color grisáceo te invade.
Una flecha en el aire tiró Cupido, y la tiró jugando —cielito lindo—