Un pájaro me despertó con su canto.
Gorjeaba en mi ventana.
Parecía decirme “Ven, asómate”.
¡Y qué hermoso estaba el cielo!
Un pájaro me despertó con su canto.
Gorjeaba en mi ventana.
Parecía decirme “Ven, asómate”.
¡Y qué hermoso estaba el cielo!
Por toda la casa se esparce un olor agridulce a membrillo, a orejones de calabacita y pera, a pasta de higo y a ejotes pasados por agua que,...