Cruz Azul en Libertadores llegó a la final, fue el
primer club mexicano en conseguirlo, y sólo cayó en serie de penales ante el
Boca Juniors en La Bombonera.
Javier Aguirre entró al quite en el Tri con la misión de ganar los cinco duelos restantes de la eliminatoria. En el primero ante EU en el Azteca convocó una base de jugadores de La Maquino y venció a los vecinos del norte 1 – 0 con gol de Jared Borgetti. Luego tomó la Copa América como laboratorio para experimentar y preparar al conjunto para lo que venía.
"En estos partidos, Javier pensaba más en experimentar y entrenar para la eliminatoria que nos esperaba, donde teníamos que conseguir 12 puntos a como diera lugar o quedábamos fuera", cuenta Alberto García Aspe.
En Colombia los problemas eran distintos. Una ola terrorista desatada en mayo y el secuestro de Hernán Mejía Campuzano, vicepresidente de la Federación Colombiana de Fútbol, en junio, y su posterior liberación, mantenían en tensión al fútbol sudamericano.
"Claro que teníamos miedo", cuenta Osear Pérez, "estábamos al pendiente de que tenían conflictos allá. Javier habló con nosotros, nos dijo que todo iba a estar tranquilo. Era complicado hasta salir a caminar por las guerrillas y todo lo que había pasado".
Antes de la Copa, Aguirre rearmó el equipo y dio descanso a los jugadores celestes por el gran ajetreo entre Liga y Libertadores que habían tenido, sólo se quedó con Conejo Pérez y Cesáreo Victorino.
Su primer rival en la competencia fue Brasil el 12 de julio en el Estadio Pascual Guerrero de Cali. El siempre talentoso y peligroso equipo viajó sin sus grandes estrellas, y aun así fue un rival temible, y el Tri tuvo una actuación destacada. Jared Borgetti hizo el único gol del partido a los cinco minutos. Fue un tanto de excelente manufactura. Recortó a un hombre y tiró cruzado.
"Fue un muy buen partido. Estábamos todos muy metidos. Javier, además, hizo un gran grupo. Eso me gusta de él, se involucra mucho con el jugador, pareciera que es uno más de nosotros", explica el popular Conejo.
Después México empató 0-0 con Paraguay el 15 de julio en el Pascual Guerrero, resultado con el que clasificó a la siguiente ronda, y perdió ante Perú 1-0 el día 18 en el mismo escenario.
Aguirre sostuvo una rotación permanente de jugadores e hizo pruebas constantemente desde la banca.
El pendiente de los verdes en ese momento era la ofensiva, un solo gol en tres partidos no era una cuota a la medida de las expectativas, pero se resolvió pronto. En los siguientes dos juegos marcó dos tantos en cada uno, ante Chile y Uruguay el 22 y 25 de julio, ambos duelos efectuados en el Hernán Ramírez Villegas en Pereira, y sólo recibió uno ante los charrúas. Suficiente para llegar a la final.
El 29 de julio, en el Nemesio Camacho, de Bogotá, el Tri enfrentó su segunda final de Copa América. Lo hizo frente a Colombia, el dueño de la casa ese 2001.
"Todos contra México. Un árbitro medio hostil (que expulsó a Johan Rodríguez y a Gerardo Torrado, a los 79' y 94', respectivamente), de Paraguay (Ubaldo Aquino). El público. Colombia era local y un rival incómodo y con gente importante", recuerda Pérez.
En medio de aquel escenario, el único tanto del partido fue obra de Iván Córdoba a los 65 minutos. En una falta por el costado derecho. Se dio un centro al área. Córdoba cabeceo y mando el balón al segundo poste. Esa jugada fue la diferencia.
A final de cuentas, Aguirre y el Tri cumplieron una actuación destacada con un equipo armado para experimentar y probar. La teoría y la práctica los llevaron hasta la final y meses después, aquel grupo enmendó el camino torcido en la eliminatoria y clasificó al Mundial de Corea-Japón 2002.
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