El exilio en el desierto no fue muy largo, pues Zaid consiguió un refugio en la casa de uno de los fieles discípulos, llamado Mutim Ibn Aadi; ahí permaneció escondido el Profeta, esperando el momento oportuno para restablecer las relaciones con sus discípulos y reanudar sus prédicas; mientras tanto continuaba con sus meditaciones y la redacción del Corán; fue en esas circunstancias que tuvo una de sus más famosas revelaciones, episodio que es conocido como "el viaje a Jerusalén" o el "viaje al séptimo cielo". Dicen las escrituras que la noche en que se produjo esta revelación el silencio y la quietud eran tan densos que no se escuchaba movimiento alguno de personas o animales, y que las mismas aguas dejaron de murmurar y el viento corría entre las ramas sin provocar ruido; de pronto, una voz despertó a Mahoma:
— ¡Despierta, deja de dormir!