En la vida, a pesar de que la soledad es buena consejera, no podemos ir solos por ahí. Con los deportes, en particular el futbol, sucede algo similar, ya que suele estar acompañado de la política, lo cual puede ser bueno o malo, lamentablemente muchas veces esta relación ha sido mala.
Desde que comenzó a escribirse la historia futbolística encontramos muchos pasajes en donde los conceptos deporte-gobierno se enfrentan seriamente y dejan la impresión de que “hubo gato encerrado”.
Dos grandes acontecimientos de la Historia Universal interrumpen la actividad deportiva: las Guerras Mundiales. La Primera Guerra Mundial (1914-1918) impidió realizar el sueño de Jules Rimet: La Copa del Mundo. La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) orilló una pausa después de los tres torneos mundialistas disputados. Sin embargo, en ese momento, el futbol se utilizó como arma política y social: adaptándose a lo que vivía el continente europeo, practicándose para tener a las tropas unidad. En muchos países decidieron emplear a entrenadores y educadores físicos para mantener en buena condición a los soldados.
Se organizaron encuentro para obtener recursos económicos de ayuda a la Cruz Roja. Por lo que se refiere a los Nazis, se formó una cultura deportiva que hasta se consideró una táctica inteligente y responsabilidad suprema de todos los que apoyaran el régimen. Durante el conflicto bélico los ingleses dieron servicios para que tropas aliadas se estacionaran en territorios estratégicos en la región. La Football Asociation organizó la “copa Inter-Aliados” en 1945, tomando como bandera el emblema de la F.A. rodeada por los escudos de las naciones que tomaron parte.
Durante la segunda justa organizada por FIFA, Italia 1934, se demostró que el evento fue eminentemente político por la situación que se vivía. Benito Mussolini estaba en el poder y curiosamente el anfitrión ganó el cetro. “El torneo fue manipulado, la corrupción de los directivos de los equipos que se enfrentaban fue bien explotada por los gobernantes fascistas y la comprada victoria fue utilizada para promover la figura de Mussolini y el Fascismo.
Otro mundial que tuvo tintes políticos fue la Copa del Mundo de 1978 realizada en Argentina, para calmar los ánimos, el poder que estaba en manos de los militares comandados por el general golpista Videla, negoció una tregua con la organización terrorista Monteros para que se realizara el torneo. El de Chile 1962 se llevo a cabo cuando el país se encontraba en situaciones precarias a causa de un terremoto. El presidente de la Federación Chilena utilizó el lema: “Porque nada tenemos, lo haremos todo”.
En México, para las elecciones de 1994 el futbol ayudó a los candidatos en sus campañas (coincidiendo con el Mundial realizado en las mismas fechas), repitiéndose este mismo en el 2006. Por estas razones y más, podemos afirmar que el futbol y la política han estado muy interrelacionados.
Fuente: Fut Pasillo.
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