1) Define el problema, es decir, encuentra la
necesidad a cubrir.
2) Divide el problema en partes, debes ir de lo
general a lo particular.
3) Evalúa la solución y los datos que requieres antes
del análisis, así como sus conclusiones al final.
4) Decide la mejor opción y da su recomendación.
Como el mundo está en constante cambio, es común que este proceso se haga una y otra vez convirtiéndose en algo cíclico, por lo tanto, debes tenerlo bien claro y ejecutarlo en todos tus análisis.
Define el problema.
Para definir un problema debes describirlo con mucho
detalle, si no defines el problema, lo más seguro es que nades por mares de
datos sin ningún destino, lo primero que debes hacer es pedirle a tu cliente
que te ayude a definirlo, pues al final él tomará las decisiones; si él te
dice, toma mis datos, hazme un análisis, es una expresión vaga sin utilidad; a
veces el cliente no tendrá ni idea de cuál es su problema y tú debes ayudarle a
encontrarlo.
Para definir el problema hazle preguntas explícitas, por ejemplo, si tu cliente tiene un negocio y quiere aumentar sus ventas, las preguntas que debes hacerle son: ¿Por cuánto quieres aumentarlas? ¿Cómo crees que podríamos lograrlo? ¿El objetivo te parece razonable? ¿Cómo están las ventas de tu competencia? ¿Cuánto inviertes en publicidad? Tu cliente puede estar bien o mal informado acerca de sus problemas y metas, pero debes de tomar sus impresiones, mientras más entiendas a tu cliente, tu análisis será de mayor ayuda.
Divide el problema en partes.
El siguiente paso es tomar lo que aprendiste de tu
cliente y sus datos, y dividirlo para llevar el análisis a un nivel fino. Por
ejemplo, retomando la pregunta ¿Cómo crees que podríamos aumentar las ventas?
Se puede dividir en: ¿Qué esperan de nosotros nuestros mejores clientes? ¿Qué
promociones funcionan mejor? ¿Está funcionando nuestra publicidad? Para esta
etapa hay dos opciones: Si tienes datos resumidos, debes elegir los elementos
que satisfacen cada pregunta detallada; si tienes datos brutos, lo primero es
resumirlos para hacerlos útiles.
Tener pregunta detalladas es lo que da pauta a elegir un método de análisis y saber qué datos requieres, por eso, es importante que tengas bien definidas las necesidades a cubrir.
Evalúa la solución.
El siguiente paso es escribir tus observaciones del
problema y de los datos. El análisis real comienza cuando tú te involucras. Es
importante que apuestes tu credibilidad en tus conclusiones, así, serás el
responsable del éxito de tu trabajo, y al mismo tiempo, tu cliente respetará
más tus juicios y entenderá las limitaciones de tus conclusiones. Si no te
involucras en un análisis, evitarás la responsabilidad y por tanto nadie creerá
en ti.
Para evaluar debes observar y comparar a simple vista las respuestas de tu cliente con los datos que se relacionan con las preguntas detalladas.
Decide la mejor opción.
Recuerda en todo momento que el resultado de tu
trabajo se reflejará en mejores decisiones que son la conclusión de un estudio
de los datos. Un punto clave para decidir bien es comunicar los resultados de
forma precisa a tu cliente, en un reporte debe estar incluida la metodología usada, la interpretación de los datos y una recomendación hecha por ti.
Ten presente estos cuatro pasos, pues los aplicarás en todos los análisis que hagas.
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