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Uso teórico y práctico de la razón de Kant

Kant parte de una sola razón con dos usos diferentes. En el uso teórico las ideas de Dios, alma y mundo no tienen realidad objetiva al no poder sintetizarse con los fenómenos. En el uso práctico la libertad, Dios y la inmortalidad aparecen como postulados o como condiciones necesarias de la ética.

Crítica a la razón pura.

En esta obra Kant pretende establecer los límites-crítica del conocimiento (¿qué puedo conocer?). Esto significa analizar las condiciones de posibilidad del conocimiento. El hecho (faktum) del que parte Kant es la ciencia (Newton), que identifica con el conocimiento. El problema que se plantea es si la metafísica puede ser ciencia o no.

La metafísica pretende hacer inteligibles realidades últimas (Dios, alma, mundo). En este sentido la influencia de Hume le hará abandonar el dogmatismo racionalista. Kant se muestra primordialmente interesado por el problema de la posibilidad de la metafísica.

Dos son las diferencias que han caracterizado tradicionalmente a la metafísica, colocándola en una manifiesta situación de inferioridad con respecto a la ciencia. En primer lugar, la ciencia progresa mientras que la metafísica no; en segundo lugar, los científicos se ponen de acuerdo en sus teorías y conclusiones, mientras que el más escandaloso desacuerdo reina entre los metafísicos.

El problema fundamental consiste, pues, en aclarar si es posible la metafísica como ciencia. La solución de este problema exige que nos planteemos una cuestión previa: ¿cómo es posible la ciencia?

Tipos de juicios.

Analítico cuando el predicado está comprendido en el sujeto, no nos dan información alguna, no son extensivos.

Los juicios sintéticos a posteriori cuando el predicado no está contenido en la noción del sujeto; sí dan información, son extensivos, amplían nuestro conocimiento, pero sólo de manera probable y contingente al depender únicamente de la experiencia.

Los juicios sintéticos a priori son los juicios de la ciencia; son extensivos, de forma universal y necesaria. Para contestar a los problemas anteriores habrá que contestar a la pregunta sobre cómo son posibles los juicios sintéticos a priori (JSAP). Son las condiciones a priori –universales y necesarias- las que hacen posible la experiencia siendo previas a la misma. En tanto que hacen posible la experiencia siendo previas a la misma. En tanto que hacen posible la experiencia y el conocimiento, estas condiciones a priori son denominadas por Kant trascendentales.

Así, el conocimiento se define como una síntesis trascendental entre las condiciones que el sujeto impone a priori y lo que recibe del exterior.

Kant califica su teoría como revolución copernicana en la Filosofía, ya que el conocimiento no gira en torno al objeto sino en torno al sujeto. En cuanto que es sujeto el que construye el objeto de conocimiento se denomina a esta teoría idealismo trascendental.

La Crítica de la razón pura consta de tres partes, que Kant denomina estética trascendental, analítica trascendental y dialéctica trascendental.

Estas tres partes corresponden a las tres facultades que Kant distingue en el ser humano: sensibilidad, entendimiento y razón.

Estética trascendental (sensibilidad).

No se puede ver algo sin verlo en un lugar del espacio y en un momento del tiempo. Kant las denomina “formas a priori de la sensibilidad” y también “intuiciones puras”. El espacio y el tiempo no proceden de la experiencia, sino que la preceden, como condiciones para que ésta sea posible.

Kant denomina fenómeno a todo aquello que podemos percibir porque cae bajo nuestras intuiciones.

El número o cosa-en-sí sería aquella realidad que puede existir pero que permanece incognoscible al estar más allá de nuestras intuiciones no son conceptos.

En la sensibilidad se forman los juicios sintéticos a priori en Matemáticas. Entre la sensibilidad y el entendimiento media una facultad: la imaginación (trascendental). Organiza nuestra experiencia mediante una serie de esquemas (esquematismo trascendental).

Analítica trascendental (entendimiento).

Nuestro conocimiento incluye conceptos además de percepciones sensibles. Muestra, además, que conocer o juzgar los fenómenos es poder sintetizarlos. En el entendimiento tenemos a priori conceptos o categorías. Kant denomina lógica trascendental al conjunto de conceptos que tenemos en el entendimiento y deducción trascendental al análisis que realiza se esos conceptos. Es necesario distinguir dos tipos de conceptos: los empíricos a posteriori y los puros a priori. Los conceptos empíricos a posteriori tienen uso lógico porque organizan la experiencia. Los conceptos puros a priori (sustancia, causa) tienen uso real porque son los que sintetizamos con los fenómenos y nos permiten conocerlos o juzgarlos.

Las categorías no tienen aplicación válida más allá de los fenómenos, no pueden aplicarse válidamente a realidades que están más allá de la experiencia. Hacemos un mal uso (uso dogmático) de los conceptos cuando pretendemos aplicarlos a realidades que están más allá de toda experiencia. Hacemos un buen uso (uso crítico) de los conceptos cuando nos limitamos a sintetizarlos con fenómenos. “Intuiciones sin conceptos son ciegas, conceptos sin intuiciones son vacíos”. En el entendimiento se forman los juicios sintéticos a priori en la física.

Dialéctica trascendental (razón).

En la dialéctica trascendental se ocupa Kant de la posibilidad de la metafísica, así como de la naturaleza y funcionamiento de la razón. En la razón tenemos a priori ideas (Dios, alma, mundo). La metafísica es imposible, ya que las categorías sólo pueden aplicarse legítimamente a los fenómenos y ninguna de estas ideas puede sintetizarse con los fenómenos. Pero si esta aplicación de las categorías es lógicamente ilegítima, es también una tendencia inevitable de acuerdo con la naturaleza misma de la razón.

La razón tiende inevitablemente a la búsqueda de lo incondicionado. Estas ideas serían reguladoras de nuestros conocimientos sobre Física, Psicología, etc... Dios, alma y mundo son tres ideas de la razón. Si bien no nos proporcionan conocimiento objetivo alguno, expresan sin embargo el ideal de la razón de encontrar leyes y principios más generales cada vez (establecer síntesis cada vez mayores).

Apercepción trascendental es la unidad y espontaneidad de las tres facultades en el “yo pienso”.

RELACIÓN ENTRE LOS TEMAS. No se trata de dos razones, sino de dos funciones de la razón. La razón teórica se ocupa del conocimiento, la razón práctica debe ser la conducta humana.

Crítica de la razón práctica.

A la razón práctica no le corresponde conocer cómo es de hecho la conducta humana, sino cómo debe ser: no le interesan los motivos que determinan empírica y psicológicamente a los hombres sino los principios que han de moverle a obrar para que su conducta sea racional y moral (en este sentido va a criticar a Hume).

Kant pretende contestar a la pregunta ¿qué debo hacer? La ética kantiana conduce a la religión (¿qué me cabe esperar?) Kant pretende hacer de la ética una ciencia normativa (normas universales) parte del hecho de que la moral existe y por tanto hay libertad. Encontrar qué normas serían universales y su conexión con una voluntad libre o racional le lleva a criticar las éticas materiales.

Crítica a las Éticas Materiales.

La ética material es una ética que tiene contenido y establece un bien supremo; dice lo que ha de hacerse para conseguirlo. Kant rechazó las éticas morales porque:

1- Son empíricas, a posteriori, es decir, su contenido está extraído de la experiencia. Pretende formular una ética cuyos imperativos sean universales y, en su opinión, de la experiencia no se pueden extraer principios universales.

2- Las normas de las éticas materiales son hipotéticas o condicionales: no valen absolutamente, sino sólo de un modo condicional.

3- Las éticas materiales son heterónomas. La heteronomía consiste en recibir la ley desde fuera de la propia razón. Las éticas materiales no se corresponden con una voluntad autónoma o racional ni sus mandatos pueden ser universales.

Ética formal de Kant.

Una ética estrictamente universal y racional no ha de ser empírica (sino a priori), ni hipotética en sus imperativos, ni heterónoma (sino autónoma). Ha de ser formal. No establece ningún bien o fin. No nos dice lo que hemos de hacer, sino cómo debemos actuar. La ética formal se expresa en lo imperativos categóricos. Son universales porque proceden de la razón y no tienen contenido, sólo expresan las condiciones que tiene que cumplir toda norma que libre o racionalmente nos demos. Hay cinco formulaciones del imperativo categórico (por ejemplo: trata al otro siempre como un fin, pero nunca como un medio).

DEBER (virtud). Un hombre actúa moralmente cuando actúa por deber, es decir, el sometimiento a una ley, no por utilidad o satisfacción que su cumplimiento pueda proporcionarnos, sino por respeto o reverencia a la misma.

Kant distingue tres tipos de acciones: contrarias al deber, conformes al deber y hechas por deber. Solamente estas últimas poseen valor moral. El valor moral de una acción no radica, pues, en el fin o propósito a conseguir, sino en la máxima, en el móvil que determina su realización, cuando este móvil es el deber.

A una voluntad que actúa así, Kant la denomina buena voluntad o “voluntad santa” (ética de la responsabilidad). La libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios son, según Kant, postulados de la razón práctica. El término “postulado” ha de entenderse como algo que no es demostrable, pero que es supuesto necesariamente como condición de la moral misma.

LIBERTAD para Kant es el “principio supremo de la moralidad”. Se parte de una voluntad que se da a sí misma sus propias normas u objetos. Puede estar guiada por los sentimientos (placer, temor) o por la razón. En el primer caso la voluntad no sería libre al estar condicionada. Por tanto, para Kant la libertad es la autonomía racional del individuo. Así, la libertad es la razón de ser (“Ratio essendi”) de la moral y la moral demuestra (“Ratio cognoscendi”) que hay libertad.

DIOS Y LA INMORTALIDAD DEL ALMA. La virtud no puede esperar una recompensa material. Pero sería injusto que la virtud quedara sin recompensa. Por tanto, sólo Dios puede recompensar la virtud y para ello al alma ha de ser inmortal. A esta unión de virtud y felicidadón de virtud y felicidad Kant lo denomina “SUMO BIEN”.

Concepción del hombre y de la Historia.

El ser humano tiene una dimensión fenoménica y otras nouménicas (libertad). Kant concibe la historia como un desarrollo constantemente progresivo de las disposiciones originarias del género humano en su totalidad.

Establece la idea de una “sociedad de ciudadanos del mundo” y promueve la acción práctico-política de la razón para organizar la sociedad en ese sentido, acción que ha de comportar la mayor realización posible de la libertad. Autonomía racional. Así, para Kant el lema de la Ilustración es “Sapere aude” (atrévete a saber). El hombre saldrá de la “minoría de edad” cuando se atreva a pensar por sí mismo. Esta “mayoría de edad” se traduce en un “reino de los fines” cuya consecuencia es la “paz perpetua”.



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