Vida en el mar









El mar, testigo y escenario de los múltiples cambios que se han sucedido desde el origen de la vida hasta nuestros días, sigue siendo el medio que suministra hogar, alimento y oxígeno a la mayor parte de los seres vivos. La forma y fisiología de los habitantes marinos podría parecer simple, pero en realidad está determinada por varias condiciones. La salinidad del agua hace que los animales generen medios para regular su concentración en la sangre o hemolinfa. A su vez, la profundidad condiciona la cantidad de luz y da lugar a diversos medios que albergan desde organismos permanentes como los corales, hasta los que viajan miles de kilómetros como las ballenas. En la superficie de las aguas, por ejemplo, los animales son de poco peso y tienen una densidad apenas superior a la del agua, y algunos son diáfanos y ligeros como las medusas; otros, como la mayoría de los peces, tienen una vejiga con aire que les ayuda a flotar en medio del mar. Mientras tanto, en el fondo del mar o región abisal, adonde nunca llega la luz del sol, la mayoría de los animales son ciegos, o poseen órganos luminosos que les permiten reconocerse en la oscuridad.

Algas.
Las algas marinas pueden ser microscópicas como el fitoplancton, o medir decenas de metros como el alga gigante del Pacífico que crece frente a Baja California. Son las productoras primarias de cualquier cadena alimenticia marina, ya que fijan el carbono por medio de la fotosíntesis, y contribuyen en buena parte a la producción de oxígeno para toda la Tierra. Las algas tienen diversas formas, colores, texturas y tamaños. Su importancia no sólo es ecológica sino también económica, ya que debido a su alto ritmo de crecimiento y reproducción, se consumen como alimento en algunos países.

Coral.
Por mucho tiempo se pensó que los corales eran plantas; ahora sabemos que son colonias de miles de animales llamados pólipos, cuyo esqueleto externo está hecho a base de secreciones calcáreas. Los pólipos pasan parte de su vida como nadadores libres, y cuando llega el momento se unen a la colonia fijándose a ella y formando su propio exoesqueleto. Los nombres comunes de los corales muchas veces describen su forma, como el abanico de mar o el cerebro de Neptuno. Hay algunos, como el coral de fuego, que pueden inyectar una sustancia muy tóxica.

Tiburón.
A los tiburones nunca dejan de crecerles dientes nuevos que vienen de la parte de atrás de sus mandíbulas. Cuando atacan, sus mandíbulas se balancean hacia delante y hacia afuera. Aunque todos los tiburones son depredadores, sólo algunas especies son peligrosas para el hombre. En México, el tiburón tiene importancia económica, ya que su aprovechamiento es integral: la carne se vende seca y salada como “bacalao” del país, la piel se emplea en la industria peletera y de su hígado se obtienen vitaminas A y B. Ésta es la razón de su sobreexplotación.

Tortuga marina.
A México arriban 6 de las 7 especies de tortugas marinas que existen en el mundo. Todas se caracterizan por tener las extremidades anteriores modificadas a manera de remos o aletas. Pasan la mayor parte de su vida en el mar, y llegan a las playas solamente a desovar en una determinada época del año, cuando son cazadas y sus huevos son robados. En México se han dictado leyes para protegerlas y se han establecido reservas para su anidación. Las tortugas son explotadas por su carne, su concha, su aceite y sus huevos.

Delfín.
Estos hermosos e inteligentes mamíferos suelen habitar las aguas oceánicas, aunque es frecuente observarlos no muy lejos de las costas e islas, nadando en grandes grupos familiares. Se alimentan de peces y calamares, por lo que es común encontrarlos cerca de los cardúmenes. Al reproducirse, tienen sólo una cría después de un periodo de gestación de entre 11 y 12 meses. La cría es amamantada por la madre durante más de un año, y permanece con ella varios más. Los complejos sonidos que emiten para comunicarse entre sí son motivo de estudio para los zoólogos.

Esponjas.
Las esponjas o poríferos son animales marinos que se consideraron plantas hasta 1825, debido a su vida sésil o poco móvil y cuerpo no articulado. Son colonias de organismos que se alimentan por filtración, ya que su cuerpo está atravesado por un sistema de canales que conducen a cavidades mayores, donde los amebocitos (células digestivas) toman los nutrientes fijados por dichos canales. Adquieren diversas formas, ya sea como ramas o costras, en las cuales es muy difícil distinguir a los individuos aislados. Una de sus variedades se usa como esponja de baño; otra, la regadera de Filipinas, se emplea como ornato.

Ballena gris.
Esta especie recorre cada año unos 12,000 km desde los mares de Bering, en el océano Ártico, hasta las bahías de la península de Baja California, en donde ha encontrado el lugar apropiado para aparearse, reproducirse y cuidar a sus crías. Está dotada de unos poderosos pulmones, pues nada bajo la superficie de 3 a 5 minutos y sale a respirar a la superficie durante 20 o 30 segundos. A pesar de su gran talla y del tamaño de su boca, sólo come organismos muy pequeños que filtra a través de una dentadura modificada. Debido a la caza inmoderada estuvo a punto de extinguirse. Hoy es una especie protegida.
  

Fuente: Bancomer – Álbum de la Naturaleza de México, p. 44 – 45.


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