Las voces del invierno palpitan con sonrisas,
los
dulces caramelos amansan la fatiga,
después
de un largo año merecen los manjares,
una copa de vino y deliciosas nueces.
Las
voces del invierno cuentan los aguinaldos,
prevén
cuántos regalos y cómo destinarlos,
lucirse
con los lujos, brillar como zirconias,
gozar
los antifaces de la alta burguesía.
La
navidad es blanca, las voces son moradas.
Reuniones
y parrandas para la vida fértil,
apenas
hace meses todo estaba nublado,
pero
de nuevo el cuadro retornó a sus matices.
Las
voces del invierno desprenden los olores a vino,
a
cigarro, a pavo y romeritos,
Diciembre,
sus posadas, su misteriosa magia,
atole,
chocolate, unos ricos tamales.
Los
versos, villancicos, un trozo de la luna,
ponche,
sidra, piñatas, de cerca a la familia.
Las
voces del invierno tienen muchos deseos,
destellan
carcajadas y, sobre todo, cantan.
Sin
embargo, en Enero la vida sí que cambia.
Recuerda:
al excederse los males se acumulan.
Por
eso, recomiendo a las voces de Diciembre
que
gocen con cautela y no se queden roncos,
disfruten
los regalos, abracen al paisano,
hagamos
este invierno un tiempo más humano.
citla.com
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