El garadiavolo o Pez Diablo




El pez diablo, como se le conoce, es auténtico y verdadero. Su nombre real es pez guitarra (Rhinobatos Rhinobatos), el cual debe su nombre original por su curiosa forma de este instrumento musical. Su parte delantera es plana como una raya, la cola es aprecida a la d eun tiburón y realiza sus movimientos como los de un escualo.

Este singular pez no es hallado tan fácilmente por los pescadores, ya que habita en los fondos de arena y fango. Es una especie carnívora y demersal que vive en todo el mediterráneo y parte del Atlántico Oriental. Por este motivo depsierta el interés imaginativo popular, lo que ha originado leyendas y cuentos dentro del folclore autóctono de la región.

El diablo de mar siempre ha causado temor entre los habitantes de las costas, y hasta afirman que ataca fieramente al hombre, aunque no es cierto. En la actualidad las rayas son comúnmente atrapadas por las redes de los barcos arrastreros.

Algunos pescadores venden los peces diablo a los turistas, sin embargo, no se trata de mantarrayas, sino d euna especie perteneciente a la familia de éstas (batoideos o hipotremados), a la cual le cortan el cuerpo y la cola, de tal forma que aparentan la figura de un diablo.

Según investigadores, leyendas narradas por los pescadores desde el tiempo de Cristóbal Colón (1492), época en la que ya se mencionaba la existencia de sirenas que seducían a los hombres, refieren la creencia de que las redes que utilizaban para la pesca tenían especímenes machos de este pez, y las hembras tomarían venganza por tales pérdidas.

Pero la historia más famosa es la del investigador Alfredo García Garamendi, quien en 1974 realizaba exploraciones junto con su equipo en una de las cuevas subacuáticas de Puerto Rico, en la búsqueda de especies raras. Él trabajaba en la zona de la Laguna Negra, cuando inesperadamente algo lo atacó feroz y repetidamente mientras buceaba, entonces alcanzó el cuchillo que llevaba en la pierna y comenzó a apuñalar a su agresor hasta que los dejó sin vida. Con el cadáver en la mano, salió de la cueva y de ahí a la superficie.

Enseguida, Garamendi pudo reconocer a su atacante: un pez diablo. No era la 1° vez que se enfrentaba a este tipo de criatura, ya que en 1970 había capturado uno en una playa puertorriqueña, que tuvo como destino final la Universidad Central de San Juan, en donde nadie podía creer que pudiera existir semejante especie.

Recogidas las muestras de este animal, el investigador comento: "Estos animales no son de este planeta, de la misma forma que nosotros podemos enviar monos a otro planeta para ver cómo se adaptan, estos diablos han sido dejados aquí por alguna nave extraterrestre con algún propósito que no conocemos".

Después, Garamendi montó un pequeño laboratorio en su vivienda y se pasaba muchas horas investigando. Las visitas para ver el pez eran constantes y las molestias empezaron a ocurrir en el ámbito familiar. La esposa estaba muy disgustada con tan repugnante ser en su casa, y aseuraba que su presencia era la causa de la mala suerte. Más tarde, una explosión accidental destruyó la pecera donde se encontraba el pez diablo, tras lo cual sólo unas pocas cenizas parecían relacionarse con lo que contenía el recipiente.

En Honduras y otros lugares más, pescadores afirman haber capturado a este animal, lo malo, es que muchas de estas historias son presentadas por oportunistas que lo presentan como un extraterrestre o como el mismo chupacabras. Sea verdad o no la existencia de este animal, ojalá pronto se puedan obtener evidencias más palpables, mientras tanto, yo como muchos otros, seguiremos investigando.




Fuente: Los Grandes Misterios del Tercer Milenio

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