Estas alternativas de negocio si bien pueden sonar parecidas, si tienen ciertas diferencias, las cuales se explicarán a continuación.
Licencia.
¿Tienes un buen producto pero no logras venderlo? ¿Te sientes capaz de identificar las próximas tendencias del mercado? En la licencia podría estar tu solución.
Hablamos de una licencia cuando el dueño (o licenciante) de una marca, imagen, logotipo, personaje o línea de artículos otorga a un licenciatario un permiso para su uso. Este acuerdo debe realizarse a través de un contrato, que establece el pago de regalías (como porcentaje sobre las ventas obtenidas).
Un licenciamiento siempre tiene un límite: se otorga durante determinado periodo de tiempo o por una cantidad de productos fabricados o comercializados.
Si tienes buenos productos pero tus ventas no despegan, aquí podrías encontrar la salida. ¿La razón? El fuerte empuje que podría darles el asociarlos con una marca o imagen famosa. Lo mismo aplica si estás por lanzarte al mercado. Entre las marcas y personajes licenciados más exitosos en la actualidad se encuentra World Wrestling Entertainment (WWE), National Football League (NFL), Futbol Club Barcelona (FCB), Barbie, etc.
Representación.
Por otra parte, si tienes talento para las ventas y una buena cartera de clientes, podrías ganar dinero como intermediario comercial.
Un contrato de representación comercial es aquel por el cual un llamado representante actúa como intermediario entre comprador y un vendedor. Y si la operación se concreta, recibe una comisión sobre el monto de la transacción.
Muchas veces se confunde a la representación con la distribución, pero en realidad se trata de dos modelos de negocio distintos. El representante se hace cargo de promover entre su cartera de clientes las nuevas variedades del producto, con material de ventas que le proporciona el fabricante de artículos. Si un ciente decide hacer un pedido, el representante contacta al dueño de la marca para proporcionarle los datos de la operación.
Una vez concretada la venta, el representante recibe su comisión. Pero es el comprador de la mercancía quien se hace cargo de pagarla, recibirla, distribuirla y venderla entre sus clientes.
Fuente: Entrepeneur
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