Arcángel: Del griego Arc, Superior, y Angelos, mensajero.
Son una síntesis en forma antropomorfa de los animales sagrados, venerados en las religiones orientales -el águila, el cisne y el ave fénix- y derivan de las victorias y de los genios alados -los dáimones- de la época grecorromana.
Existen varias versiones sobre las órdenes o coros angélicos, pero la más aceptada es la denominada Pseudo-Dionisio, que data del siglo VI y está constituida por una recopilación de autores anónimos, que ha inspirado a téologos y escritores.
De acuerdo a Pseudo-Dionisio, los arcángeles son mensajeros de los decretos divinos y representan una categoría angélica que constituye el penúltimo de los nueve coros de la escala jerárquica en torno a Dios, ordenados según el grado de participación en los misterios divinos. Son el símbolo de un estado de existencia superior, a cargo principalmente de interceder por los pecados o debilidades de los seres humanos, luchando continuamente contra Satán y sus legiones para la protección del mundo.
Según la tradición judía, los arcángeles se relacionan con los planetas y otras autoridades añaden que están conectados con los doce signos zodiacales.
Se considera que los arcángeles son siete, pero difieren en nombre entre las diferentes religiones. La Biblia sólo menciona a Gabriel, Miguel y Rafael, y la Iglesia Católica les ha adjudicado el 29 de Septiembre en su calendario de santos. Los otros cuatro se encuentran en textos apócrifos como el libro de Enoc, y en la literatura rabínica, inlcuyendo la Cábala. Los nombres de estos cuatro arcángeles varían de un texto a otro, con la excepción de Uriel (que aparece en casi todos).
Los cuatro arcángeles más reconocidos están identificados con los cuatro elementos (aire, agua, fuego y tierra) y los cuatro puntos cardinales, que forman un círculo de gran poder y magnetismo dentro del cual se encuentra el Planeta Tierra.
El Este corresponde al elemento Aire y es regido por Rafael. Avanzando en sentido horario adentro del círculo cósmico, se llega al Sur que pertenece al Fuego, con Miguel. Sigue el Oeste que se relaciona con el Agua y es gobernado por Gabriel, y de ahí se alcanza el Norte, correspondiente al elemento Tierra regido por Uriel.
Si visualizamos al globo terráqueo dentro de esta rueda, podemos observar que los arcángeles están parados en los cuatro puntos cardinales de la Tierra, en forma de cruz.
Según la antigua tradición mística, cada uno de ellos tiene una apariencia particular, con sus propios atributos y colores. Rafael representa el amanecer y la luz, viste de amarillo y se le describe como un adolescente. Miguel simboliza el color del mediodía, viste de rojo y se presenta como un hombre joven. El color de Gabriel es el azul claro y encarna la tarde, con una apariencia de hombre en su plenitud. Finalmente Uriel, significando el anochecer, es una figura madura que cierra con tonos oscuros la rueda solar, que representa al mismo tiempo, el dia y el ciclo de vida.
El ritual para establcer contacto con esta inmensa energía está basado en la Cábala. La tradición sotérica enseña que Dios le regaló una sortija a Salomón, en la cual estaba inscrita una estrella de cinco puntas, conocida como Pentagrama, que simboliza a un ser humano con los brazos y piernas extendidos. El completo Ritual del Pentagrama invoca el poder los cuatro Arcángeles y se realiza para establecer contacto con nuestro Yo Interior, conocido como Ángel Guardián y energizarnos.
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