La reducción de gastos es una forma de controlar la empresa, pero no es la llave para la prosperidad. Que sus esfuerzos se concentren en vender más.
La mayor parte de la gente entiende equivocadamente el control sobre los gastos. Los gerentes usan el control de gastos para incrementar las utilidades, pero su verdadera importancia no yace en hacer dinero, dino en mantenerlo a uno competitivo en el mercado. Si los costos están a la par con los demás, va a ser muy difícil sacarlo del negocio. Según ellos esa es la importancia del control de gastos, es un seguro contra la quiebra.
Hay que entender que incluso los más famosos generadores de dinero, esos que siempre figuran en las portadas de las revistas financieras y a quienes alaban para reducir gastos, están mucho más concentrados en las ventas de lo que creen los periodistas, y por eso no suelen mencionar ese hecho. Y estos personajes no se quejan. Al mercado de valores le encanta la gente que reduce costos y, además, no quiere que la competencia se interese demasiado en las ventas. Es mejor que la competencia crea que el éxito se basa en los gastos, ya que para muchos gerentes es fácil reducir gastos, pero venderles es difícil.
En su empresa reducir costos, en sí, no significa necesariamente ser más competitivo. El proceso de reducción de gastos debe estar fundamentado en un detallado análisis de nuestra cadena productiva, en el cual detectemos en dónde es necesario recortar gastos sin afectar las ventas. La reducción de costos le ayuda a controlar la empresa. Pero el incremento de las ventas hará crecer el negocio. Algunos consejos que le pueden ayudar a cumplir con lo último, son los siguientes:
a) Revise la relación precio-calidad en su producto y compárela con las de su competencia.
b) Otra vía sencilla es lo que se cnoce como benchmarking, que consiste en elevar la eficiencia y calidad en nuestro negocio al nivel del mejor en el mercado.
c) Otro proceso es cuando se eficientan los procesos de asignación de recursos.
La mentalidad tradicional cree que al apretar el cinturón en la empresa se crearán más ganancias (vendo lo mismo, pero gasto menos). Esto no siempre funciona e incluso se corre el riesgo de estancarse.
Las finanzas creativas, encaminadas a mejorar los productos (mediante la diversificación, la innovación de presentaciones, la elevación de la calidad o la aproximación hacia nuevos nichos de mercado) sí son un factor indiscutible para conducir el negocio hacia el sendero de la prosperidad. Incluso no tema subir el precio, siempre y cuando eleve la calidad, ya que eso dará mejor imagen al cliente, ayudando a incrementar las ventas.
Fuente: Entrepeneur.
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