La mujer en la lucha libre mexicana. 1° parte.





Desde el inicio de la historia de la lucha libre, el espectador supo de inmediato que algo mágico y especial guarda este rudo deporte en su enigmático de 6 por 6 metros y 12 cuerdas, ya que su aparente sencillez lo convertía en un santuario de gigantes. Muchos ídolos se forjaron y emocionaban de sobremanera a las masas, pero algo faltaba, y aunque se podían mirar en sus funciones rostros femeninos engalanando las butacas de las diferentes plazas luchísticas, no había ni una sola fémina sobre los ensogados.

El padre de la lucha libre, Salvador Lutteroth González, ante esto, trajo de Estados Unidos algunas exponentes femeninas en 1935, y aunque aparecieron en esporádicas ocasiones, marcó un precedente para la historia de la lucha libre femenil mexicana. Este éxito motivo a los promotores a que en 1952 junto con Televicentro (que después se convertiría en Televisa) debutaran a La Enfermera del Médico Asesino, haciéndola más de acompañante de ese luchador que de gladiadora en sí.

El recibimiento de la afición a la gladiadora fue bueno y al cabo de un tiempo ella comenzó a presentarse sola, y ya bajo el nombre de La Enfermera. Para ese entonces, esta dama ya no era la única contendiente femenina, otros rostros habían hecho su aparición, entre ellos el de la leyenda Irma González, que en el algunos momentos fue conocida como La Novia del Santo.

Hizo su aparición también La Venus del Ring y llegaría el momento en que los enigmas llegarían a la lucha femenil, cuando apareció La Dama Enmascarada, la primer mujer que portaría una máscara, y la cual estaba encarnada por Magdalena Caballero, quien se convertiría posteriormente en la primera campeona mexicana.

Las cosas parecían ir viento en popa para las exponentes del catch (lanzamientos y atrapadas), pero desafortunadamente, la incompetencia de nuestras autoridades, motivo a que en 1958 se prohibiera la lucha femenina dentro del D.F, sellándoles las puertas durante casi 30 años.

Durante todo este tiempo, la afición metropolitana llegó a creer que la categoría femenina dentro del deporte luchístico había desaparecido, a pesar de que ellas si luchaban en las fronteras y la Provincia de la República. Fueron años de duras batallas, pero los combates más recios no los protagonizaban sobre el cuadrilátero, sino debajo de él, tratando de ganarse nuevas fuentes de trabajo y promotores que confiaran en su desempeño profesional.

Ya para la década de los 70’s, las figuras femeninas habían aumentado pese a lo difícil de ejercer su profesión, entre ellas se pueden destacar las trayectorias de Chabela Romero, Toña la Tapatía, Marina Rey, La Yaqui y la Jarochita Romero, por citar algunas, eran mujeres cuya calidad profesional era indiscutible, pero que no conseguían en su momento un lugar de abolengo.

La lucha libre femenil mexicana siguió batallando para tener un sitio de respeto como el que actualmente goza, pero los detalles de ese suceso serán explicados en un siguiente blog.


Fuente: TV Pasillo.

Para ver la siguiente parte, denle click al siguiente link:
http://divinortv.blogspot.mx/2011/12/la-mujer-en-la-lucha-libre-mexicana-2.html

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