El liderazgo se ha hecho presente de muchas formas, sus primeros vestigios se encuentran arraigados en la fuerza física donde el más fuerte capitaneaba el clan o tribu y el débil se sometía a los lineamientos del primero. Así, se encuentran inmersos dos conceptos, los cuáles han sido constantes en la historia de la humanidad: el poder y la autoridad.
Actualmente, las instituciones de educación superior forman profesionistas y la pregunta es: ¿Son líderes y productivos? La realidad se nota cuando el recién egresado se incorpora al mercado laboral y comienza en los niveles operativos de una estructura organizacional; va ascendiendo de forma paulatina en jerarquía, en ingresos económicos, poder, autoridad y, desde luego, en liderazgo.
Centrados específicamente en la relación jefe-empleado, dueño-empleado, director-subordinado, jefe-colaborador, o cualquier término que haga alusión a una cuestión laboral, mientras el empleado es quien se encarga de la parte operativa, analiza, investiga y ejecuta acciones, el dueño es quien toma las decisiones.
El dueño de un negocio contrata los servicios de un administrador, quien muchas veces también debe realizar la compra de los insumos necesarios, efectuar las transacciones bancarias e inclusive se puede dar el caso que desempeñe otros papeles como cajero y hasta personal de intendencia. ¿Qué sucede cuando este empleado crea nuevas ideas o proyectos de mejora, eficiencia, rentabilidad, productividad del área, departamento o negocio y lo transmite a la persona que toma decisiones?
Las variables en el resultado no son numerosas pero sí repetitivas, con los siguientes escenarios de reacción del jefe podemos visualizarlo:
· Declina la idea, conocido como el “líder, no, no se puede”.
· Escucha la idea y se la acredita, “líder de cuello blanco”.
· El “líder ideal” sería aquel que impulsa el desarrollo de la idea y otorga el crédito correspondiente.
Sin lugar a dudas, como toda relación humana, la de el líder con el empleado no es fácil de llevar, por lo que hay que saber adaptarnos al medio y a las circunstancias imperantes en el ambiente, de esta forma se debe procurar mantener una posición humilde y proactiva, porque sólo así (siendo empleador o dueño) el negocio avanzará.
Fuente: Valor Universitario.
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