(1711 – 1776).
Este filósofo inglés nació en una familia modesta pero emparentada con la aristocracia. Abandonó los estudios de Derecho y fracasó en el comercio.
En Francia redactó su primera obra, ‘Tratado de la Naturaleza Humana’, publicada en 1739 sin eco alguno. Sin embargo, la primera parte de sus ‘Ensayos Morales y Políticos’, en 1742, fue recibida con entusiasmo por la crítica.
Como bibliotecario del Colegio de Abogados de Edimburgo, entre 1754 y 1762, publicó un texto sobre la historia de Inglaterra.
Se le ha considerado uno de los máximos representantes del empirismo inglés. Mediante su análisis crítico del conocimiento, insistió en la importancia de investigar el origen de las ideas, que entendía como imágenes de las impresiones (sensaciones, pasiones y emociones). Propuso que el razonamiento es la actividad para descubrir relaciones entre las ideas, las cuales pueden ser existentes entre los hechos y las que son relaciones entre ideas.
Sometió a crítica de ideas, y rechazó como falsas las proposiciones filosóficas de la metafísica o la teología. En particular, refutó las nociones de sustancia, existencia y relación casual.
Sometió a crítica de ideas, y rechazó como falsas las proposiciones filosóficas de la metafísica o la teología. En particular, refutó las nociones de sustancia, existencia y relación casual.
Fuente: Vive la Economía 1 (Progreso Editorial).
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