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Pensar en todos los aspectos




Cuando uno tiene que tomar una decisión o simplemente pensar en algo, siempre existen varios aspectos que deben tomarse en cuenta. Si uno omite alguno de éstos, la elección aparentemente será correcta en ese momento, pero más adelante podríamos darnos cuenta de que estamos equivocados. El proceso “pensar en todos los aspectos” nos ayuda a evitar que esto ocurra.

El proceso “pensar en todos los aspectos” nos amplía la visión que tenemos acerca de un problema o situación. Muchas veces por no considerar todos los aspectos posibles nos quedamos con las ideas más obvias y triviales, ya que no consideramos lo más importante o relevante.

Objetivos.
Los objetivos revelan nuestras intenciones o propósitos, es decir, lo que queremos conseguir. Muchas veces actuamos por impulso o por hábito, los resultados de estas acciones no están definidos, son imprecisos. En cambio, cuando actuamos con una intención o un propósito claramente definidos, sabemos exactamente hacia dónde queremos llegar o lo que queremos lograr.

Pensar en las consecuencias.
Una consecuencia es una proposición que se deduce de otra, a corto o largo plazo y se presenta en el futuro. Una de las habilidades más difíciles de lograr es visualizar el futuro. Muchas personas después de llevar a cabo alguna acción se lamentan por no haber tomado en cuenta las consecuencias.

Pensar en las alternativas.
El proceso “pensar en las alternativas” consiste en tratar de encontrar deliberadamente posibles soluciones, explicaciones o cursos de acción. Es fácil buscar alternativas cuando uno está insatisfecho con las que tiene; sin embargo, exige un esfuerzo deliberado buscarlas cuando uno está conforme con las que tiene. Casi siempre, aún en casos que parecen imposibles, se encuentran alternativas para dar respuestas a una situación.

Antes de seleccionar alguna alternativa o una posible explicación, debemos pensar en las prioridades, así como en los criterios, que debemos aplicar para escoger dichas prioridades.

Planificar.
Es delinear el camino por seguir para lograr un objetivo que fue planteado con precisión. La planificación no es un proceso que surge espontáneamente en las personas. Se requiere que éstas desarrollen sus habilidades de planificación. Además deben estar conscientes de que es necesario hacer planes antes de actuar.

Pensar en otros puntos de vista.
  • Cada persona tiene su manera particular de ver las cosas.
  • Cada persona se ve afectada de diferente manera como consecuencia de las acciones y puntos de vista de otras personas.
  • Las personas deben mostrar sensibilidad y disposición para comprender y tomar en cuenta los puntos de vista de otras personas.

El proceso “pensar en otros puntos de vista” nos invita a considerar la opinión y el sentir de los demás. También nos incita a pensar que no estamos solos y que cuanto hacemos, de alguna manera afecta a otras personas.

El proceso “pensar en otros puntos de vista” nos ayuda a contrarrestar el egocentrismo. También nos facilita la interacción con las personas. Es importante tomar en cuenta la manera cómo piensan otras personas. También debemos observar las reacciones que nuestros actos provocan en otras personas.

Cada persona piensa de acuerdo con el punto de vista que tiene acerca de las cosas. Muchas situaciones de la vida cotidiana involucran a muchísimas personas. Lo que unas personas piensan forma parte de la situación de otras, y esto generalmente incluye: aspectos, consecuencias, objetivos, etc. Por eso, las personas pueden tener puntos de vista muy diferentes respecto a un mismo asunto.

El proceso “pensar en otros puntos de vista” nos ayuda a comprender a los demás. También no hace más sensible ante los problemas ajenos. Tener la habilidad de pensar como otras personas y tratar de ver los hechos desde el punto de vista de otros, son dos aspectos muy importantes de este proceso del pensamiento. Estos aspectos deben formar parte de la manera como debemos ver el mundo que nos rodea.

Decidir.
Es seleccionar una alternativa entre varias existentes.

Pasos para tomar una decisión.
  1. Definir el objetivo.
  2. Considerar todos los aspectos.
  3. Pensar en los aspectos más importantes.
  4. Tomar en cuenta los puntos de vista de la familia respecto a cada aspecto seleccionado.
  5. Hacer una lista, entre todos, de las posibles alternativas.
  6. Tomar en cuenta el punto de vista de la familia respecto a cuál consideran que es la mejor alternativa.
  7. Escoger las alternativas más convenientes.
  8. Pensar en lo bueno y en lo malo de cada alternativa.
  9. Seleccionar una alternativa.
Este proceso nos facilita la selección de una alternativa entre varias existentes. También nos evita que por impulsividad escojamos apresuradamente la alternativa que más nos guste, ya que nos hace pensar en otras posibilidades y en las consecuencias que las selecciones apresuradas originan.


Fuente: Margarita A. de Sánchez-Aprende a Pensar 1 (Ed. Trillas).

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