Blue Panther. Debut Oficial en la División del Norte






Blue Panther se preparó para irse a la Sultana del Norte. Habló con sus hermanos, Chila y ‘El Chato’, que hasta le compro un pants de segunda para que tuviera más cambios de ropa. Con la bendición de su familia llegó a Monterrey a la casa del ‘Pony’ y ya pudo rentar su propio cuarto, eran como $50 a la semana por vivir ahí, tenía derecho a la asistencia en la casa, una sábana, una cobija, una almohada, un ropero sin luna dentro del cuarto porque era lo que podía pagar y como estaba finalizando Octubre, el frío por las noches era bastante duro con él y lo hacía pasar estragos. Fue lo más duro que le tocó al lagunero, pues hasta lloraba en las noches por el frío y la soledad.


“Mientras intentaba calmar el frío para conciliar el sueño, me preguntaba qué necesidad de estar aquí, allá en Gómez Palacio tengo a mi mama, mi casa, mias cobijas, comida, pero también pensaba que no quería volver y menos derrotado, así mi mente daba vueltas hasta que me vencía el sueño”.

Cada noche era el pesar, pero cada día despertaba renovado y con más ganas que nunca porque no existía el mejor aliciente para Blue Panther que ir al gimnasio, había uno cerca de la casa de la Jefa, el Villarreal; allí entrenaba Marco Tulio puras pesas, también había un colchón y Genaro se aplicaba, así que conoció a Mario Segura, Centurión Negr, Pequeño Diamante y Jungla Negra; de México llegaban Villano III, Sicodélico, Los Bengala, El Signo, El Texano (Billy The Kid, en aquel entonces); El Halcón 78 (Príncipe Azul) y varios con quienes ya convivía un poco más porque ya estaban dentro de la División del Norte. Panther iba por Fishman al Hotel del Norte porque siempre fue su ídolo, le impresionaba verlo luchar. Sólo Aníbal y el Veneno Verde representaban para la Pantera Azul sus dos grandes ídolos en la lucha libre. Recogía a Fish en el hotel y se iban a entrenar, luego Panther regresaba a la casa con La Jefa, que le daba de comer y el Gran Veneno se iba a hacer sus pendientes, entrenaba en ese tiempo con él, con el Perro Aguayo, con Villano III y otros que llegaban desde la capital semana a semana.

Ya habían pasado 15 días y durante una charla, Guajardo le dijo a Panther que ya había terminado su gira y volviera a Torreón, éste último, con un poco de miedo, le preguntó si había manera de quedarse más tiempo. El Rey Moro constestó: ‘Mire ñero, si se quiere quedar, adelante, pero como local, porque no lo puedo contratar constantemente’, y así fue. Pero llegó Diciembre y a mediados de mes se cierran las plazas por el frío, así que regresó a pasar la Navidad con su familia. Antes de irse, Marco Tulio le avisó que iniciando el año empezaba gira en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Luego de pasar una de las mejores fiestas de fin de año con su familia, el Maestro Lagunero tomó un camión a Ciudad Juárez y allá lo recibió Manuel Galaviz, El Vikingo, quien era el contacto de la empresa que manejaban Melchor Vaca e Higinio Santa Cruz.

Inició justamente el 1° de Enero de 1979, feliz, pues su sueldo semanala era de $1,500. Recuerda que con su primera paga de la semana, más contento que nunca se fue de compras. “Me compré perfumes, un radio para mi hermana Chila y una maleta Samsonite de segunda, pues todos traían de esas; le mandé telegramas a mi mamá diciéndole que me iba bien, le mandé dinero y regresé a Gómez a principios de Febrero”.

De vuelta en la Comarca y contento por el éxito logrado en aquel mes en Ciudad Juárez, volvió a entrenar con su querido maestro, El Halcón Suriano. Para entonces Panther ya luchaba en encuentros estelares con los de México y así pasaron los meses hasta Abril, fecha en que regresó nuevamente a Monterrey, más en confianza pero con muchísimo respeto, habló con Guajardo sobre la posibilidad de una oportunidad para ir a luchar a la Ciudad de México, no le dijeron sí pero tampoco no.

“De Abril a Agosto, además de la lucha me convertí en mesero porque la familia del ‘Pony’ le sabía al negocio y me enseñaron, ahí también hice amigos y recuerdo con cariño al ‘Pelochas’, ‘La Gorda’, ‘El Oichi’, Los Carrión, ‘El Ciego’, Paco y un montón de cuates más. No por trabajar con ellos dejaba de pagar mi asistencia, $50 el cuarto a la semana. Juanita, hermana del ‘Pony’, me lavaba y planchaba la ropa y ‘La Jefa’ y el mismo ‘Pony’ pasaron a ser también como mi familia. Hasta la fecha, cuando voy a Monterrey, hago lo posible por llamarlo o verlo”.

Durantes esos meses, el Maestro Lagunero iba a Gómez y regresaba a la Sultana, cumpliendo con las plazas de la División del Norte, y aunque no había nada definitivo sobre su ingreso al grupo independiente en México, Panther no perdía la esperanza.



Fuente: Por María Teresa Medina en Luchas 2000 Año 8 Especial #34, 8 de Octubre de 2008, p. 11 – 12.

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