Champions League 1995 - 1996. Deuda saldada

Una Juventus calculadora y efectiva evitó que el ofensivo Ajax de Louis van Gaal refrendara el título europeo. Fue así como la Vecchia Signora por fin pudo sentirse campeona de Europa y dejó en el olvido su amarga coronación de 1985, que se recordaba sobre todo por los 39 aficionados muertos en la tragedia de Heysel.


Estadio Olímpico de Roma, 22 de Mayo de 1996… Ajax y Juventus eran futbolísticamente polos opuestos pero estaban, cada uno con su estilo, a punto de definir al ganador de la Champions League de esa edición.

El club holandés llegaba a la final como campeón vigente y amplio favorito, sobre todo por el potencial de su ataque, el cual seducía por el buen trato que daban sus jugadores a la pelota y la obsesión incesante que tenían por ofender. “Solo hacemos lo que nos dice Van Gaal (técnico, Louis). Él nos pide jugar mucho con el balón y no ir detrás de él”, decía el atacante Jari Litmanen.

En notable contraste a ese funcionamiento vertical y a la circulación del balón, la escuadra italiana se había colado a la final exhibiendo un juego especulativo, poco vistoso y rocoso, pero también efectivo, pues en la delantera contaba con Fabrizio Ravanelli, quien, junto con Gianluca Vialli, guiaba los pasos de un incipiente Alessandro del Piero.

“Alex es muy joven, pero eso no le impide estar a la altura de sus compañeros; además ellos fungen como su guías y juntos son explosivos”, consideraba el técnico Juventino Marcello Lippi.

Guerrero que arrasa.
Luego de haber coronado al Ajax el torneo anterior, llegar de nuevo a la final fue el compromiso que hizo Van Gaal, sin importarle que tuviera que presentarse ante el Real Madrid de Michael Laudrup, Raúl e Iván Zamorano.

“Defenderemos nuestro reinado”, advirtió don Louis. Y su equipo debutó con un triunfo mínimo ante los Merengues.

A pesar del 1 – 0, el Ajax provocó cuestionamientos que Van Gaal salió a atajar: “Me preocuparía que mis jugadores no generaran opciones de gol y por eso me voy tranquilo porque los goles llegarán”.

Así fue. Al siguiente partido el Guerrero de Ámsterdam recuperó contundencia y venció 5 – 1 al Feréncvaros en Hungría.

La propuesta de ataque del Ajax fue invariable y ello le permitió dominar invicto el grupo D con 15 goles a favor y solo uno en contra, logro nada extraordinario para Van Gaal. “Que hayamos finalizado como líderes no es algo que deba sorprender porque desde el principio se nos señaló como favoritos, sobre todo porque la base de este equipo es la misma que estuvo en Viena”, recordaba el técnico, refiriéndose a la final ganada al Milán, en la edición anterior.

Y es que de aquella ocasión mantuvo a referentes como los hermanos De Boer, Edgar Davids, George Finidi, Patrick Kluivert y Litmanen quien en esta edición temrinó como líder de goleo.

Señora sin atractivo.
Por su lado, Juventus lideró el grupo C, aunque lo hizo con un espectáculo menos vistoso. “¡¿Qué me importa que digan que no jugamos bien!? Me importa ganar y eso lo hemos hecho – resaltaba Lippi –. Yo creo en mis jugadores y ellos en sus capacidades”.

Del Piero y Ravanelli estuvieron finos de cara al arco y marcaron ocho de los 15 goles con los que la Juve terminó con una de las tres mejores ofensivas de la fase de grupos, igualada con la del Ajax y el Spartak de Moscú.

Al interior de la Vecchia Signora había orgullo por el liderato, pese a que los tacharan de cicateros. “No nos afectan los comentarios del exterior. Somos un grupo muy homogéneo; sufrimos y gozamos juntos para alcanzar este sitio”, aseveraba Vialli, quien vivía una revancha personal pues cuatro años atrás jugando para la Sampdoria había perdido la final de la entonces Copa de Europa. “Recuerdo cada jugada que fallé contra Barcelona. Dejé escapar goles que pudieron haber dado el título”, revelaba aún con pesar.

Recordar aquel descalabro era un duro golpe para Vialli, y veía en esa Champions la ocasión para reivindicarse. “Sé que estoy ante la oportunidad única de resarcir mis fallos y estoy preparado para hacerlo”, decía convencido.

Eficacia o espectáculo.
Ajax y Juventus hicieron válidos los pronósticos y avanzaron a la final. Para ese momento a los holandeses se les calificaba como “una máquina demasiado poderosa”, mientras que la Juventus retornaba a una final europea luego de 11 años de ausencia; en su último antecedente le había ganado al Liverpool con un sabor agridulce por la tragedia ocurrida en Heysel donde se registraron 39 aficionados muertos en las tribunas.

A horas de medirse ante el poderoso Ajax en el Olímpico de Roma, la afición bianconera rememoraba aquella noche triste del 29 de Mayo de 1985. “La Juve ganó la Copa de Europa casi 10 años atrás pero ese título dejó una sensación extraña por los incidentes previos al juego. Ese sentir nos obliga a jugar con mucha alma para borrar aquel capítulo tan trágico y poder festejar sin aires extraños el ser los mejores del continente”, expresaba el joven Del Piero.

Pero lograr el campeonato no sería sencillo por la calidad de su adversario. “Si evitamos que el Ajax tenga el balón y que lo pueda mover con facilidad, podremos vencerlo – aseveró Vialli –. Debemos adelantar unos metros para presionarlos”.

Lippi por su cuenta sabía que una vez que su equipo anotara sería muy complicado que los holandeses remontaran. En eso coincidía Van Gaal: “Si la Juve te mete un gol, el partido se ha acabado, porque cierra la puerta, tira la llave y a casa”.

La Juve salió al campo a ejercer una presión asfixiante sobre los holandeses. “Los teníamos en su campo y por momentos habían olvidado su futbol de ataque”, apunta el exdefensor Ciro Ferrara sobre ese acoso que iniciaba con el tridente Vialli – Del Piero – Ravanelli y tenía en Antonio Conte y Didier Deschamps su punto más hostil en mediacancha.

Juventus se puso en ventaja con gol de Ravanelli. Luego, el buen trabajo bianconero se empañó con un error del arquero Angelo Peruzzi bien aprovechado por Jari Litmanen para igualar. Pese al empate el ritmo del juego se mantuvo hasta que empezó el desplome físico del cuadro de Turín.

Van Gaal y sus jugadores fueron incapaces de aprovechar ese cansancio y tras 90 minutos de tiempo regular más 30 de prórroga el campeón tuvo que definirse en penales. Ahí importaba poco si la Juventus era menos espectacular que el Ajax o si este merecía o no el título por el futbol ofensivo que ofrecía, el cual no le sirvió para ganar el partido más importante de todos: la final.

“Ensayamos penales, aunque nuestra idea era liquidar al Ajax en tiempo regular”, reveló Lippi. Esa preparación resultó efectiva para los italianos, quienes acertaron sus cuatro ejecuciones. Esto combinado con dos fallas de los Guerreros significó la Orejona para la Juve. “Sufrimos para llegar a esta final, pero sabíamos que íbamos a ganarla”, aseguró Vialli, el capitán, quien además saldaba una deuda en su carrera: “Era mi cita con el destino y le respondí”, compartió.

Lippi, el viejo vencedor, consideró: “Fuimos justos campeones porque en 120 minutos fuimos mejores, incluso no merecíamos haber llegado a la lotería de los penales”.

Ese fue el primer título europeo bajo el nombre de Champions League que ganó Juventus de Turín, pero el segundo tomando en cuenta la Copa de Europa de 1985. Otra deuda saldada. “Tuvimos que esperar mucho tiempo para ser los mejores del continente porque nunca consideramos lo de Heysel una victoria”, resumió Roberto Bettega, en ese momento dirigente Juventino.


Fuente:
Publicado en Futbol Total. Historia de la UEFA Champions League. 1992 - 2013, Editorial Grupo Medios, p. 20 – 23.








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