El Santo contra Black Shadow: La lucha del siglo

El Santo fue, posiblemente, el luchador más odiado en la década de los 40, desde su debut en la batalla campal contra Ciclón Veloz efectuada el 26 de Julio de 1942, en la que fue descalificado por exceso de rudezas. Ganó las cabelleras de luchadores de la talla de El Murciélago Velázquez, el 31 de Enero de 1943; Bobby Bonales, el 24 de Septiembre del mismo año (siendo esta la primera cabellera en caer en la Arena Coliseo) y Jack O’ Brien, el 8 de Abril de 1944 en el marco de la conmemoración del primer aniversario de La Arena Coliseo. Asimismo, formó una pareja devastadora con Gori Guerrero. El domingo 10 de Diciembre de 1944, en modalidad de superlibre, derrotaron a Jack O’ Brien y Bobby Bonales. Y tanto el 9 como el 22 de Febrero de 1945 abatieron a la pareja de Tarzán López y Jack O’Brien, convirtiéndose así en el dueto más temible hasta ese momento en la lucha libre mexicana, al grado de ser conocidos como “la pareja atómica”.

A inicios de Mayo de 1947 se anunció el debut de un misterioso luchador, los aficionados y la prensa comentaban que era otro estadounidense que había sido contratado por Don Salvador Lutteroth. Este misterioso encapuchado se enfrentó y venció fácilmente a Rolando Vera en La Arena Coliseo el 16 de Mayo de 1947. Fue tal la impresión que causó este gladiador en su debut, que se rumoró que era El Santo mismo, sólo que se había cambiado de máscara. No obstante, se desmintió ese rumor cuando el viernes siguiente se programó una lucha entre la pareja de Gori Guerrero y El Santo contra Black Shadow y Wolf Rubinski. El público de pie observó eufórico casi todo el encuentro, que quedó en manos de la pareja de Rubisnki y Shadow. Días después, Black Shadow mandó una carta a la redacción del diario La Afición en donde les pidió que publicaran que él era mexicano, no estadounidense.

El 6 de Junio de 1947 Shadow enfrentó por primera vez a El Santo en mano a mano, quien antes de la batalla afirmó: – Black Shadow no es más que un Zopilote y lo desplumaré (La Afición, 6 de Junio de 1947). – La lucha la ganó Shadow, posicionándose como el mejor luchador del momento. Derrotó también a los más grandes luchadores de finales de los 40, e inicio de los 50, como Tarzán López, Jack O’Brien, Emilio Charles, Bobby Bonales y a Sordomudo Rodríguez, entre otros.

El viernes 24 de Octubre se programó en La Arena Coliseo una majestuosa batalla campal integrada por Sugi Sito, El Santo, Henry Pilusso, Bobby Bonales, Black Shadow, Chico Casasola, Blue Demon y Centella Inca. En la lucha semifinal de aquella velada, el público siguió el encuentro de pie. Shadow ganó el mano a mano y estuvo a punto de quitarle la máscara a El Santo, pues la desamarró y la levantó a la mitad de la cara. El público se acercó al ring, a punto de subirse, para que se develara el secreto de quién era el que se escondía tras la máscara plateada. Ambos fueron los “enmascarados más notables que ha tenido la lucha de México” según lo afirmó Andere el 25 de Octubre de 1952 en el diario La Afición.

Para el 4 de Noviembre de 1952 se anunció en La Afición el duelo de máscara contra máscara entre Black Shadow y El Santo. Como lo amparaba la firma de contratos en aquel duelo, los contrincantes recibirán el salario más alto jamás dado a un luchador por una sola lucha. Esto hizo que los aficionados se volcaran sobre La Arena Coliseo, buscando de inmediato boletos para acudir a tal evento que, como todos lo sabían, sería uno de los más grandes de la historia. El viernes 7 de Noviembre de 1952 en punto de las 21:00 hrs. llegó la hora cero. Comenzaba la función. Estos fueron los hechos, según lo narra Antonio Andere en la edición de La Afición del 8 de Noviembre de 1952:

Fue Black Shadow el primero en subir al ring luciendo su fastuosa bata negra con vivos en color solferino. Lo acompañaba su hermano Blue Demon. Luego irrumpió en el cuadrilátero en medio de ensordecedora algarabía, ese personaje que ha cobrado relieves de fantasía: ¡El Santo! Todo de plata: máscara, zapatos, bata, mallas… su compañero y second era Dick Medrano, el hombre que estuvo en su esquina la noche en que destronó a Bobby Bonales. Buena Suerte, por lo visto, le significa Medrano en la esquina de El Santo.

Empezaron en plan limpio. Y aunque usted no lo crea, los momentos más interesantes del encuentro fueron aquellos en los que ambos jalaron por procedimientos científicos, enseñando que si los dos son rudos de gran categoría, también en el terreno limpio saben desplazarse a la altura de los científicos más reconocidos.

Fue Black Shadow quien tocó el botón para que se abriera la compuerta de las rudezas al darle un golpe en la cara a ‘El Santo’. Este ripostó como de rayo y entonces el combate adquirió un tono explosivo y sensacional.

El combate siguió con llaves y castigos durísimos entre ambos luchadores. Las primeras dos caídas se dividieron, así que en la tercera las cosas estaban parejas y la victoria podía quedar en cualquiera de los contendientes. Antonio Andere continúa la crónica de la lucha:

Luego sucedió lo que, a juicio nuestro, decidió el encuentro: corriendo ambos de extremo a extremo del ring y buscando cazarse para un tope que fuera decisivo, ‘Black Shadow’ erró el tiro y arrojándose en uno de sus incomparables topes de propulsión a chorro, salió volando entre las cuerdas y se estrelló en el piso de la arena.

De ahí volvió maltrecho a la cuenta de 18. El Santo tenía su oportunidad y la aprovecho como el viejo zorro que es de los cuadriláteros. Para empezar (o para acabar, mejor dicho) propinó golpes abajo, arriba y a la nuca; luego un látigo irlandés y todavía, con un alarde de vida, de fibra y de energía en el cuerpo, Shadow trató de dar golpes sólo para que El Santo lo ensartará en unas tijeras voladoras a la cabeza que fueron todo un tratado brillante de lucha libre. ¡Qué tijeras amigos! Y continuó brincándole por la espalda a Shadow para arrollarlo y llevárselo a la lona poniéndole planas, perfectamente planas, las espaldas mientras lo sujetaba así en una versión de la ‘la rana’ y el réferi llevaba su conteo.

Cuando Ruddy Blancarte dio la tercera palmada, un sordo alarido se escapó de todos los pechos. ¡Black Shadow había sido derrotado y tenía que quitarse la máscara!

Una nube oscura de policías y de fotógrafos de prensa invadió el cuadrilátero. El Santo trató por su propia mano de arrancarle la máscara a Shadow, pero este no se dejó y, además, Blue Demon rechazó al orgulloso enmascarado de plata.

Vencido por El Santo luego de una lucha dramática cuya tercera caída fue estrujante además de sensacional, The Black Shadow se arrancó la capucha y despejo la incógnita que lo acompañó por sus correrías en los cuadriláteros a través de ocho años, para dejar al descubierto su rostro y dar a conocer su nombre de pila (Alejandro Cruz), delante de una multitud nerviosa expectante que produjo un entradón récord anoche en el Coliseo.

Blue Demon, quien había sido second de Shadow y conformaba la pareja de los Hermanos Shadow, juró vengarse de su fraterno. De esta maneta surgió otra de las más emocionantes rivalidades en la historia del pancracio mexicano, quizás la más popular de todas: la de El Santo y Blue Demon.




Fuente:
CMLL – 85 Años. Lucha Libre, Ed. AM Editores, p. 80 – 81.








1 comentario:

  1. Esto sí es una crónica fidedigna! Publicada al día siguiente del mítico combate. Muchas otras luchas tendría El Santo contra Black Shadow, al igual que contra Blue Demon, quién logró una venganza deportiva y creó otra rivalidad icónica dentro de la lucha libre mexicana.
    Hoy todo es nostalgia y crónicas rescatadas de las grisáceas capas del tiempo, un legado que se preserva inmerso en la conciencia colectiva.

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