La primera aparición pública de Jesús tiene lugar en la sinagoga de Cafarnaúm donde la gente acude en gran cantidad, gracias a que la noticia de la conversión del agua en vino ha impactado a todos los que conocen esa historia. Todo el auditorio está en espera, no de escuchar la palabra de Dios sino más bien morbosamente, para contemplar alguna manifestación sobrenatural que dé testimonio de la naturaleza de aquel que va a hablarles, pero no hay tal espectáculo. A cambio, Jesús dice simplemente: "Sean pacientes y verán la gloria de Dios; así es como será para todos aquellos que aguardan conmigo y aprenden así a hacer la voluntad de mi Padre, que está en los cielos". Desafortunadamente, la gente no comprende realmente el significado de las breves palabras del nazareno.
Jesús los manda a que se ocupen de sus deberes
regulares hasta que llegue la hora del reino, él mismo da ejemplo trabajando
en el astillero, no sin antes recordarles que: "Cada uno de ustedes debe
regresar a su trabajo y recuerden que mi reino no ha de llegar con estrépito y
seducción, sino más bien a través del gran cambio que mi Padre habrá efectuado
en sus corazones, sean pacientes y dulces, obedezcan siempre a la voluntad del
Padre, prepárense para la llamada del reino. Para aquellos que lo han
encontrado, su alegría será completa y serán llamados los bienaventurados de
toda la tierra. Pero no alimenten falsas esperanzas; el mundo tropezará con mis
palabras, exigirán la realización de prodigios como prueba de que soy el
enviado de mi Padre y tardarán en reconocer el carácter de mi misión".
Fuente:
Los Grandes. Jesús, Editorial Tomo, p. 125 – 126.
Comentarios
Publicar un comentario
Si deseas comentar dentro de la línea del respeto, eres bienvenido para expresarte