El espacio escénico

Francisco Nieva en su “Tratado de Escenografía” dice que deberíamos entender el término escenografía teatral como un elemento artístico de sugestión, pero con alta base técnica. De ahí que propone como término más adecuado el de escenotécnia. Normalmente cuando escuchamos la palabra escenografía pensamos en espacios y decorados pero en una mirada más amplia podríamos considerar escenografía también las luces, música y el vestuario ya que son elementos de sugestión. En este sentido llamamos escenografía a un vasto complejo de signos que inciden en la enfatización del espectáculo.

La escenografía depende también del factor económico, es decir, se hace escenografía con lo que se puede. Porque el teatro a parte de un arte es un negocio cultural que mueve dinero, a veces en grandes cantidades.

En cuanto a las cualidades de un escenógrafo, además de fantasía, es necesario que tenga ideas claras y gran capacidad de síntesis. Debe ser una persona de amplia cultura para poder interpretar debidamente, textos de toda época y ambientes.

Al escenógrafo se le requiere como artista pero como artista técnico, es decir, sus soluciones deben ser rápidas y concretas.

Ser escenógrafo es muy diferente de ser decorador ya que diferencia del cine, en el teatro no es necesaria la reproducción de la realidad.

Los elementos de sugestión que componen una escenografía no tienen que ajustarse a un marco, siempre al mismo, pueden estar bajo nuestros pies puede rodearnos y envolvernos.

La enfatización teatral se consigue a partir de muchos presupuestos. El primero es la creación de “Área Mágica”, precisamente del terreno del juego, la escena. Un paso más acá somos espectadores, uno más allá estamos inmersos en un espacio de juego. El mejor medio de conseguirlo es estar embebido de las significaciones del texto, del concepto general de la obra.

Una escenografía es el producto de una intensa meditación sobre todo lo que ha de pasar de largo del espectáculo con un gran sentido de la economía para hacer cambios rápidos y figurar espacios distintos.

Cada época tiene una forma de concebir el teatro y su escenografía y aquí debemos señalar que cualquier forma de innovación va emparejada a las exigencias intelectuales y al poder económico de la sociedad del momento.

Hoy en día es extraño que casi todo el teatro comercial o público que se realiza sea en espacios a la italiana. Sus ventajas las conocemos, pero tratamos de ignorar sus muchas desventajas como el alejamiento y la teatralidad forzada por el marco. La tendencia a considerar la escena como cuadro no es tanto escenográfica como decorativa.



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