Eurocopa Suecia 1992. Cuento de Hadas

Era una vez, una selección nacional que ingresó como emergente a la novena edición de la Copa Europea de Naciones. Nadie esperaba nada de Dinamarca, y para ser justos, habrá que decir que ni siquiera merecían jugar la fase final. En realidad, la selección triunfadora del Grupo 4 en el torneo clasificatorio fue Yugoslavia, con un punto más que los daneses, un aplastante +20 en su diferencia de goles y el máximo goleador de la eliminatoria: Darko Pancev, con 10 tantos.

Iniciaban los 90 y Europa mostraba un nuevo rostro. Tras la disolución del bloque socialista, vino la caída del muro de Berlín y estalló la Guerra de los Balcanes. Los tres eventos repercutieron en la Euro. La URSS, clasificada antes de su disolución, se presentó al torneo como CEI (Comunidad de Estados Independientes). Alemania compitió reunificada por primera vez y Yugoslavia fue la gran perdedora de la historia. El 30 de mayo de 1992, la FIFA suspendió al equipo del torneo, tras darse a conocer las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU en su resolución 757.

"Estos futbolistas han trabajado duramente para lograr su clasificación. No son generales ni asesinos, y todo esto resulta enormemente injusto", manifestó el entrenador de la selección yugoslava, Ivan Cabrinovic, quien asumió el puesto después de que Ivica Osim renunciara, en un acto de solidaridad con la guerra en su ciudad natal, Sarajevo. Yugoslavia fue la primera en arribar a Suecia, el 27 de mayo, y la primera en retirarse, el 3 de junio, sin jugar algún partido. Después de que se diera a conocer la determinación de la FIFA, Michael Laudrup, quien no jugó con la selección danesa, por problemas con su técnico, añadió una perspectiva a la controvertida decisión. "El aspecto económico también es muy importante y no cabe duda de que la selección de mi país producirá taquillas mucho mayores a las que supondría la participación de Yugoslavia” Así fue, al ser países muy cercanos, lo cual facilitó el arribo de gran cantidad de fanáticos daneses para los partidos de su selección.

El primer día de la concentración de los daneses, el técnico Richard Moller Nielsen reunió a su equipo antes de iniciar el entrenamiento. Les hizo saber que la prematura convocatoria no debía afectarles. Muchos habían tenido que suspender sus vacaciones; pero ahora que ya estaban ahí, no les quedaba de otra más que ganar la copa. Todos rieron; era una broma para relajar la tensión. No sospechaban el futuro.

Nadie esperaba que los 'emergentes' interpretarían a la perfección el papel de David ante los Goliats del fútbol europeo. En fase de grupos se encargaron, junto con el equipo anfitrión, de eliminar a dos de los favoritos: Inglaterra, con sus amenazantes hooligans, y Francia, con una leyenda como técnico: Platini.

Pero la confianza y el desempeño sobre la cancha no hubieran sido suficientes para eliminar a Holanda en Semifinales; se necesitaba un poco de buena fortuna; se necesitaba que Marco van Basten, goleador en Italia y uno de los jugadores más caros del mundo, fallara un penalti. Suerte de campeón.

El día de la Final se paralizó Copenhague. El gobierno mandó poner pantallas gigantes de hasta 48 metros cuadrados, y el canal de televisión local TV-2, encargado de transmitir el partido, promocionó el evento, llamándolo 'Día nacional de Dinamarca'. Tras la victoria, los jugadores daneses fueron recibidos como héroes por su pueblo y todos fueron felices, como en los cuentos, mientras cantaban desde el balcón de la alcaldía el himno de Dinamarca:

'Der er et Yndigt land' (hay un hermoso país). Nadie se acordó de Yugoslavia.

La Figura. Peter Schmeichel.

Desde el primer partido de su selección en Suecia, demostró su habilidad cuando logró mantener su arco en cero frente a Inglaterra. Más tarde confirmó su calidad en el partido contra Francia. Finalmente, se consagró como el héroe de su equipo cuando detuvo un penalti a van Basten, gracias a lo cual, Dinamarca logró su pase a la Final. Ya en el partido decisivo fue clave para evitar el empate de los teutones, especialmente cuando desvió al travesaño un cabezazo a quemarropa de Klinsmann, al minuto 73. Su actuación en este torneo le valió para ser nombrado el Mejor Portero del Mundo en 1992, por la IFFHS.

Fuente: 
Por Édgar Rodríguez en Récord, ‘Especial Eurocopa 2012’, Ed. Notmusa, p.108 – 109.

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