La Guerra por la Independencia. Causas internas de descontento

Sublevaciones.

Los españoles y gran parte de los criollos, abusaron a tal grado de sus privilegios, que durante el Virreinato varios grupos inconformes se sublevaron. Las sublevaciones se produjeron en muy distintos lugares del país y a lo largo de tres siglos que duró la dominación española. Las principales sublevaciones fueron éstas:

En 1565 hubo un conato de sublevación de los criollos que querían que las encomiendas no fueran abolidas jamás.

En 1609 se sublevó, en Veracruz, el negro Yanga.

En 1624, se sublevaron, debido a la escasez de maíz, los indios de la Ciudad de México, y quemaron el palacio de los Virreyes.

En 1765, en Yucatán, se levantó en armas el mestizo Jacinto Canek.

En 1766 se amotinaron los trabajadores de las minas de Real del Monte, que reclamaban aumento de salarios.

En 1774 se amotinaron, por igual causa, los trabajadores del estanco del tabaco de la Ciudad de México.

En 1801, en Nayarit, se levantó en armas el indio Mariano. Estos datos demuestran que el descontento se extendía a todas las clases sociales explotadas o menospreciadas en la Nueva España.

Disgusto y Malestar.

Las sublevaciones previamente mencionadas, y en particular las de los indios y los negros, fueron cruelmente sofocadas por españoles y criollos, lo que aumentó el disgusto y el malestar. Los mestizos, que formaban ya un sector considerable, se aliaron después a la clase criolla, en la cual también fue formándose y cundiendo el descontento, y eso fomentó un espíritu general de rebelión, el cual acabó teniendo de su lado a la mayor parte de la opinión del país.

Espíritu Moderno.

La fundación de escuelas, algunas de ellas para mujeres, como la de Las Vizcaínas y el Colegio de la Enseñanza, inauguradas en 1775, y de los colegios de Enseñanza Superior en Durango, Mérida, Guadalajara, Morelia y Monterrey, contribuyó mucho a dar a los criollos una cultura que los capacitaba para leer y apreciar los libros que de Europa traían nuevas ideas acerca de la libertad, la igualdad y los derechos del ser humano.

En sus reuniones, los criollos comentaban y analizaban esas ideas, lo que fortalecía en ellos el deseo de poner término a la subordinación en que se hallaban respecto de los españoles peninsulares, y esto hacía crecer el malestar y el descontento nacidos del régimen con que se gobernaba a la Nueva España.

Ante el nuevo modo de pensar resultaban más irritantes aún las prohibiciones a la agricultura, las limitaciones al comercio, el monopolio de los altos puestos en favor de los españoles, etcétera; a la vez, los grandes acontecimientos que el nuevo espíritu había producido entonces en el mundo, afirmaban más y más en los criollos el anhelo de libertad e independencia.

Fuente:
Generación 1960. Mi libro Historia y Civismo. Cuarto Grado, Ed. Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, p. 46 – 48.
App CONALITEG Digital. Generación 1960. Cuarto Grado. Mi libro Historia y Civismo.

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