Definidas sus características, a continuación, presentamos algunos de los indicadores más empleados cuando se trata de medir la calidad de un producto:
1. Cobertura: Se define como la proporción entre el número de artículos disponibles en los mercados y las personas que demandan una necesidad que espera ser satisfecha. Este indicador es propio de proyectos que buscan penetrar de forma masiva entre los consumidores o que están pensados a largo plazo. Sin embargo, no siempre es así. A veces basta con que una empresa cubra los pocos frentes en los que suele desempeñarse para obtener un indicador positivo en términos de cobertura.
2. Eficacia: La eficacia no es otra cosa que la relación
entre un producto disponible y la necesidad para la que ha sido creado. Cuando
esta relación es positiva, la eficacia del producto es alta. Pero si la
necesidad del cliente sigue sin ser atendida tras la adquisición de dicho
producto, el indicador es negativo. Algo en el proceso ha fallado.
3. Valoración de ventas: El volumen de ventas es, sin duda, el
elemento más empleado para medir la calidad de un producto. Vender mucho casi
siempre es sinónimo de éxito: indica que el artículo ha tenido una buena
acogida y que ha generado gran interés. No obstante, esta relación no supone en
todos los casos un grado alto de calidad. Se puede vender mucho sin que el
producto sea del todo bueno.
4. Satisfacción del cliente: De hecho, el siguiente paso tras la venta de
un producto es la evaluación del grado de conformidad de quien lo ha adquirido.
La venta no garantiza satisfacción. Numerosos ejemplos dan cuenta de ello. Al
utilizar este indicador, las empresas deben desplegar varias vías de
retroalimentación para poder evaluar con acierto lo que se conoce como la etapa
de post-venta, que es crucial de cara a nuevas líneas de producción.
5. Competitividad: Hace referencia a la capacidad de las empresas para explotar aquellas cualidades que hacen distintos a sus productos. También tiene que ver con el nivel de adaptación a las dinámicas del mercado y a la capacidad de innovación y cambio. Un producto incapaz de competir es, por lo general, un producto de escasa calidad.
Fuente:
https://www.isotools.org/2015/07/27/5-ejemplos-de-indicadores-de-calidad-que-no-pueden-faltar-en-tu-plan/
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