¿Quién fue Juan Manuel Fangio?
Es considerado el piloto de Fórmula Uno más talentoso de todos los tiempos, hijo de inmigrantes italianos, nació en Bandera de Argentina Balcarce el 24 de Junio de 1911 y falleció el 17 de Julio de 1995 en Buenos Aires. Ganó cinco campeonatos del mundo, conduciendo autos Mercedes Benz, Alfa Romeo, Ferrari y Maserati.
Recuento de Hechos.
El 23 de febrero de 1950, aprovechando la presencia del piloto en La Habana, la resistencia cubana -liderada por Castro y el "Che Guevara- planeó secuestrar a Juan Manuel Fangio antes de la carrera que se iba a celebrar en esa ciudad, ya que pensaba dar un golpe propagandístico para monopolizar la atención internacional sobre la situación política en Cuba. El secuestro se realizó a las ocho y media de la noche en el Hotel Lincoln y no tuvo ningún contratiempo, se desarrolló rápidamente y sin disparar un solo tiro; el comando cubano se llevó a "El Chueco" (apodo de JMF) en un Plymouth negro que se alejó a velocidad moderada por la calle de Virtudes rumbo al Malecón y, según reveló después de ser liberado, el trato que recibió de sus captores fue muy bueno y sin maltrato ni presión psicológica. El plagio duro 39 horas y, como reportan algunas fuentes (este dato nunca fue confirmado), "El Chueco" durante su cautiverio tuvo la oportunidad de vivir un tórrido y rápido romance con la guerrillera que se encargaba de custodiarlo. ¡Vaya secuestro!
20 años no es nada…
Dos décadas después, en 1980, Juan Manuel Fangio -en aquel tiempo
presidente de Mercedes Benz Argentina regresó a La Habana invitado oficialmente
por el gobierno de Fidel Castro, sin reproches de ningún tipo, el encuentro se
desarrolló en un clima de gran camaradería con mucho ron y puros habanos.
Maserati y Cuba.
El vínculo entre Maserati, Fangio y la isla es muy estrecho; el primer
Gran Prix de Cuba lo ganó Juan Manuel en 1957 con un Maserati 300S y en el
segundo iba a estar a bordo del Maserati 450F, pero nunca llegó a la posición
de arranque.
Por Gianfranco de Cesco en H para Hombres, #156, Mayo 2012, Ed. Notmusa, p. 52 – 53.
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