“Nosotros jugamos alegremente, ellos (los alemanes) jugaron para ser campeones”
Ferenc Puskas.
A los cuatro años de edad, el pequeño Ferenc inició su ciclo formativo, precisamente en el Kispest, donde escaló las secciones infantil y juvenil, antes de debutar en el primer equipo a los 16 años.
Puskas atrajo la atención lo suficiente como para debutar con el equipo nacional húngaro el 2 de Marzo de 1945 en Budapest ante Austria, donde el futuro astro marcó su primer gol como internacional.
En su última campaña con el cuadro rojinegro (1947 – 1948), Puskas anotó 50 goles, la cifra más alta en todos los campeonatos europeos de ese año.
Al término de esa campaña, el Kispest fue adquirido por el ejército de Hungría y, aunque conservó a la mayoría de sus jugadores, fue rebautizado como Honved (‘Defensores de la patria’). Con el apoyo del estado, el cuadro, ahora rojiblanco, se convirtió en el equipo más poderoso del país y con ellos Puskas conquistó cuatro títulos de Liga y otros tres campeonatos de goleo.
En 1953 fue nombrado como ‘El Mejor Jugador de Europa’. Se caracterizaba por una zurda privilegiada, gran capacidad técnica y demoledora contundencia goleadora.
En 1952, Puskas integró el gran ‘ballet’ húngaro con Zoltan Czibor, Sandor Kocsis y Nandor Hidegkuti, entre otros, quienes conquistaron el oro olímpico en Helsinki al derrotar 2-0 a Yugoslavia en la Final.
En Suiza 54, los magyares bordaron su futbol. Ningún equipo en la historia de las Copas del Mundo ha anotado tantos goles en una sola edición como los 27 que ellos realizaron.
Sin embargo, los mismos alemanes, a quienes habían vapuleado 8 a 3 en la primera ronda, les arrebataron la copa tras reponerse de dos goles de desventaja para vencerlos 3-2.
El 14 de Octubre de 1956 jugó su último partido con la selección de Hungría, coincidentemente ante Austria y nuevamente anotó un gol.
Pocas semanas después de este cotejo, Hungría sufrió la invasión de la Unión Soviética, lo que motivó su exilio por dos años en Sudamérica, donde no practicó el futbol. El secretario técnico del Real Madrid, Emil Osterreicher, le fichó en 1958 adelantándose a otras ofertas italianas.
El húngaro llegó a los 31 años y con sobrepeso a un equipo donde alineaban figuras como Alfredo si Stéfano, Gento, Raymond Kopa y Rial Santamaría, entre otros.
Tras una difícil adaptación, la afición merengue lo arropó rebautizándolo ‘Pancho’ y el ‘Cañoncito Pum’.
En la final de la Copa de Europa de 1959 en Glasglow, colaboró con cuatro goles en la victoria por 7-3 sobre el Eintracht Frankfurt.
‘Pancho’
decidió adoptar la nacionalidad hispana y disputó con la ‘Furia Roja’ su
segundo Mundial en Chile ’62. Pero, ya en el ocaso de su carrera, no pudo
colaborar para que España superara la primera ronda.
Comentarios
Publicar un comentario
Si deseas comentar dentro de la línea del respeto, eres bienvenido para expresarte