Su descendiente, Baber, conquistó la ciudad de Samarcanda en 1497 cuando sólo tenía 14 años de edad, aunque la perdió tres meses después, al igual que el reino que había heredado de su padre poco antes. Tras vagar durante años con un grupo de elegidos, Baber montó su base de operaciones en Kabul (actual Afganistán), que todavía era un importante punto de comercio en las rutas de caravanas que unían India con Persia, Irak, Turquía y China.
En esa época, sólo había una corte timúrida más importante que la de Baber en Kabul. Se trataba de Herat, pero en 1507 la ciudad cayó en manos de Shai-bani Khan, un líder uzbeco. Esto dejó a Baber como único príncipe del clan creado por Tamerlán, razón por la que se otorgó a sí mismo el título de Pacha, adjudicándose a la vez la posición de jefe de los timúridas (más tarde conocidos como mogoles).
Poco después, Shaibani cometió el error de enfrentarse a Ismail, el Sha de Persia, un furibundo chií que, además de encabezar un poderoso imperio, odiaba a los uzbecos. Shaibani fue capturado por las tropas persas y ejecutado. Su cuerpo fue desmembrado y sus partes enviadas a diversos lugares del Imperio Persa para ser exhibidas. Su cráneo, engarzado en oro, fue convertido en una copa que el sha utilizó con frecuencia, ante los horrorizados ojos de los diplomáticos extranjeros.
Baber buscó la ayuda del Sha para recuperar Samarcanda, a lo que el líder persa accedió, aunque impuso una condición: Baber tendría que adoptar el atuendo y las costumbres chiíes. El príncipe timúrida aceptó y cuando logró su objetivo entró victorioso en Samarcanda luciendo la vestimenta chií, situación que provocó el escándalo de la población, de mayoría suní. Esto le costó el apoyo de los habitantes de Samarcanda y finalmente la pérdida de la ciudad. Fue entonces cuando el príncipe timúrida dirigió su mirada hacia India. En octubre de 1525, Baber marchó hacia el Sur y el Este con 120,000 hombres y, meses después, entró triunfante en Delhi, donde se proclamó emperador de Indostán.
Tras vencer a otros príncipes hindúes, a los que consideraba infieles, Baber se adjudicó el título de ghazi -guerrero del islam-. El conquistador de India y primer emperador del Imperio Mogol consumía alcohol y una droga que él denominaba majún. "Bajo sus efectos se disfruta de maravillosos campos llenos de flores... nos sentábamos en un montículo cerca del campo para regocijarnos con aquella visión", escribió Baber. Sin duda, era un hombre de talante liberal y totalmente ajeno a la rigidez doctrinal de los chiíes, al que atraían los placeres mundanos y fascinaba el arte. Durante varias generaciones, los mogoles que gobernaron India siguieron las pautas de justicia que impulsó Baber, quien pensaba que era mejor conciliarse con los pueblos sometidos que imponerles una rígida disciplina. Sus últimas palabras a su sucesor, Humayun, dan una idea de su carácter: "No hagas nada contra tus hermanos, aunque ellos puedan merecerlo". El impulsor del Imperio Mogol falleció el 26 de diciembre de 1530.
Fuente:
Muy Interesante Historia, ‘El Islam. Los misterios de una religión’, Ed. Televisa, p. 63 – 65.
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